miércoles, 2 de mayo de 2012

AMOR EN TINIEBLAS capítulo 1 PRIMERA TEMPORADA

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Domingo 4:55pm
El sol ya dejaba su furia abrasadora y corría el aire fresco, Federico estaba tomándose un café en la terraza de un local leyendo la revista dominical.

Federico Anzola, 1.68, 26 años, piel bronceada, pelo castaño oscuro, ojos marrones, unas manos bien cuidadas, cuerpo normal, pocas veces va a un gimnasio, viste deportivo  los fines de semana, los días laborales con traje, es administrador de una empresa trasnacional de productos de belleza.

A pesar de ganar buen dinero no se anda con lujos, es sencillo, ahorra dinero, lo invierte en dólares o compra carros. Quiere salir del yugo materno y en eso está enfocado.

Le gusta el cine, el teatro, leer, es hogareño, sale con los amigos o se reúne en casa, es soltero, activo sexualmente y su rol es pasivo. Tiene ocho años siendo seropositivo, lo que no lo ha detenido en tener parejas sexuales como granos de arroz, pero siempre protegiéndose.

Estando en el colegio, un grupo de compañeros que practicaban el bullying, se ensañaban sobre todo con él  diariamente. En uno de los recreos lo agarraron en el baño entre tres, mientras un cuarto, el compañerito que le gustaba,  le bajó los pantalones y lo penetró. A  partir de ese momento, se convirtió, con su consentimiento, en el amiguito sexual de varios en el colegio.

Es el menor de tres hermanos, dos varones y una hembra. En la boda de su hermana luego de beber más de lo debido, decidió que era el momento de decir que era gay. “Me encanta un guevo metido en el culo, ¿y que pasa?”. El bochornoso espectáculo terminó con su papá en la clínica con la mala noticia de su fallecimiento horas después.

Esa noche arruinó la fiesta de la boda de su hermana, la luna de miel y la vida de su madre.Ella no le perdona lo que hizo y lo mantiene, inútilmente, vigilado para que no sea un promiscuo que “te vayan a pegar cualquier cosa y seas la vergüenza completa de la familia”. Con este panorama, en su familia nadie sabe que tiene VIH, sólo su mejor amigo y los 4 novios serios que ha tenido. Ya pasaron 4 años del incidente y las heridas han sanado pero la cicatriz está ahí.

 Siempre ha tenido un comportamiento psicópata, la muerte del padre poco lo perturbó.

En bachillerato el profesor de educación física lo fichó de juguete sexual, en sus ratos de ocio. La primera vez que tuvo relaciones con Federico fue con la excusa de un masaje. Con el pasar del tiempo, el profesor se aburrió de él y se consiguió otro muchacho.

Un día mientras estaba sentado en las gradas de abajo de la cancha deportiva pasó a su lado el nuevo novio del profesor  y justo en ese momento le metió el pie para hacerle una zancadilla, con la mala suerte que el niño golpeó la nuca con el borde de concreto de la grada y quedó tendido sin moverse. Federico se asustó, pero luego sonrió y se fue antes que alguien llegara. Quedó una sombra de duda de como murió el muchacho…

Terminó de leer la revista, pidió la cuenta, había tomado 3 cafés (es adicto al café con leche), agua mineral y una torta de zanahoria. Pagó en efectivo y antes de irse decidió levantarse para ir al baño cuando, al levantarse no se fijó que el cordón de uno de sus zapatos se enredó en uno de los tubos de la mesa y una vez de pie echó al piso mesa, toldo y sillas. Justo cuando el también iba a dar al suelo, aparecieron 2 brazos velludos que lo sujetaron.

Federico aprovechó el apoyo de los brazos y se incorporó con rapidez, levantó la mirada y se cruzó con unos ojos azules como el agua enmarcados en una piel blanca y cabellos negros.

–Wao, coño, gracias jeje, mierda acabé con el restaurant jajajaja, gracias!
–A ver si te fijas antes de levantarte, la próxima vez no habrá nadie que te rescate. -escucho que le respondía aquel cuerpo mientras se reía de él).

Volvieron a verse a los ojos, hubo un corrientazo por parte de Federico. Se fue al baño mientras el rescatista se ubicaba en una mesa junto a la dama que lo acompañaba.

En el baño su cuerpo temblaba del susto y de la emoción por tropezarse con semejante hombre. Salió y se acercó a la mesa. –Bueno nuevamente gracias, me llamo Federico Anzola. –Encantado Federico, Ricardo Betancourt, te present…
–¿Tu novia?
–Mi amiga y comadre, Lucía.
–Mucho gusto.
 A Federico le dió un brinco el corazón al saber que no eran novios, pero con los nervios no intercambiaron teléfonos.

Buscó su carro y se fue a casa. Durante el trayecto se reía de la manera idiota como conoció a aquel tipo. –Cooooño y no le dí mi número! Que pendejo soy! Y ahora. Llegó a casa, saludó a su madre. Tomó un vaso con agua y se fue al cuarto, se cambió, quedó en boxer y se lanzó a la cama. Pensando en aquel tipo y sus grandes brazos _con esos pelos negros wao -tuvo una erección, que solo la quitaría una buena paja.

4 comentarios:

  1. Bueno empieza con todos los hierros, los personajes se definen y el ambiente se crea, muchas cosas sucederán, ufff, esperemos la próximos capítulos...

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  2. Sencillo y directo relato que nos introduce en la historia. Ya me enganchó. Voy corriendo a leer lo que sigue...

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