viernes, 24 de julio de 2015

SE ME ANTOJA QUERERTE 5


Adriano se acercó a la comisaría luego del trabajo.  Estaba nervioso, pensando que le diría el policía.


–Bueno, resumiendo, este señor tiene otra identidad y con la foto que nos dió no hemos podido dar con el verdadero nombre pero seguimos trabajando en eso. 
–¿Y entonces, cómo hacemos?. 
–Habrá que montarle una emboscada, cuadre con él una cita y luego nos informa y ahí cuadramos todo.
–Tendré que esperar que me llame  no aparece el número cuando él me llama. 
–Tranquilo, no forcemos las cosas, por lo que me ha contado no se ha puesto violento. 
–Bueno, no, pero me buscó la otra vez en mi trabajo y me fui con él en el carro y me apuntaba con un arma.
–¿Y adónde lo llevó? –Adrianno se quedó callado un momento pensando si le decía o no lo que había sucedido.
–A una estación de servicio que está abandonada en la autopista de oriente. Entramos...al baño.

El policía levantó las cejas y abrió los ojos sorprendido.
–¿Y a que fueron allá? 
–Bueno...esto me da un poco de vergüenza.. 
–Tuvieron sexo ahí.

Adriano mirando hacia una ventana le respondió afirmativamente. –Lo hicimos ahí mientras me apuntaba con la pistola.

–Lo amenazó que lo iba a matar.
–No, en ningún momento se puso violento. 
–¿Entonces no fue una violación como tal?.
Adriano volvió a ver hacia la ventana y respondió que no, el policía giró la cabeza hacia la ventana y volvió a ver a Adriano.
–Es decir que te gustó la vaina, a ti te excita eso, que te obliguen a hacer las cosas, en este caso tener sexo, por lo que me has contado anteriormente.
Adriano agachó la cabeza pasándose la mano por la frente, estaba nervioso, sólo pudo mover la cabeza afirmando lo que le preguntó el policía.


–Vaya...entonces aquí no hay nada que hacer, por lo único que podemos invesigar es por la faldsa identidad. Pero no hay pruebas, él tiene que probar que es Américo o que está usabndo una identidad falsa pero no tenemos una denuncia formal. Hay que investigar cuentas, compras, recibos.  Dígame la dirección donde vive para hacerle una visita.
Le entregó al policía la dirección de su apartamento.


Adriano se fue de la comisaría y no sabía si estaba más asustado que cuando llegó, pero necesitaba sacar a Américo de su vida sea como sea.
Llamó a un amigo para tomarse unas cervezas con él pero no podía. Se sentó en un restaurante con terraza y pidió una cerveza. Comenzó a revisar el facebook nuevo que había abierto.


La persona a la que él le había dado un toque, se lo volvió a dar con su nuevo perfil y este le devolvió el toque. Adriano aprovechó para escribirle.

Intercambiaron números y lo llamó de una  vez. Conversaron por el celular un rato y hablaron de sus trabajos, donde vivían y si tenían pareja. Adriano le dijo donde estaba y Alejo le dijo que lo esperara que casualmente estaba cerca.

Ya llevaban tres cervezas cada uno. Entre cerveza y cerveza iban contando sus historias. Adriano le contó del loco que lo perseguía y quería terminar con eso. Alejo le dijo que él podía darle una  golpiza o mandarle a hcer algo con unos amigos. Adriano se rió pero no le desagradó la idea.
 Alejo le contó que estaba empatado con una muchacha transexual, que estaba enamorado de ella, trabajaban prácticamente juntos en el salón de belleza pero él seguía con su trabajo de buhonero pero su profesión es ingeniero  de sistemas. Adriano le dio su correo para que le enviara el curriculum a ver que podía encontrar en la empresa de telefonía..


Cuando iban  por la cuarta ronda, Alejo le contó que se sentía mal porque hoy le había sido infiel a su novia con un amigo.

–¿Pero me dijiste que no eres gay? 
–Bueno, no...yo tuve algo con este carajo hace añales y no estuve con más hombres hasta hoy que repetí. 
–¿Pero te gustó?

Alejo lo vio a los ojos y luego le respondió –Pues si, me gustó, pero no es lo que quiero–.
–Ya va, pero tu novia es transexual, es hombre, ¿está operada? 
–No, pero es una mujer por donde la veas y me gustan las mujeres. 
–Pero es un tipo, tiene pene y te la coges por el culo, disculpa que te lo diga así.
–Trannquilo, es que es así. 
–Ay chamo ustéd está confundido. Y estás buenísimo, lástima que tengas novia o novio, pero una cogida me puede echar. 
–Lo que te puedo decir es que me siento muy bien con Débora y no sé hasta que punto contarle lo que hice.
–Yo soy tú y no le cuento, eso va a joder la relación. 
–Bueno no quiero hablar de ese tema, me tiene mal eso, cuéntame tú, ¿qué vas a hacer con el loquito?

Ambos se rieron y pidieron otra ronda y una más y luego la última. Ya estaban algo tomados y Adriano se ofreció llevarlo a su casa para luego irse a la suya.
Cuando llegaron al edificio de Alejo, Adriano frenó el carro
–Llegaste sano y salvo–.
–Gracias mi pana por traerme –Lo abrazó y al separarse Adriano le dio un beso en la boca que Alejo no rechazó pero se separó rápido. 
–Hey hey hey pana hasta aquí, no vayamos a cagar esto. Tú me caes bien y eres de pinga, pero hasta ahí. 
–Dale, disculpa Alejo, es el alcohol y las ganas que tengo. Que estes bien, mándame tu curriculum. Buenas noches.
–Claro que sí, y de nuevo gracias por la cola y por lo del curriculum, ve con cuidado y avísame.

Adriano llegó a su edificio y a duras penas pudo estacionar el carro. Mientras subía el ascensor se acordó del beso que le robó a Alejo y se reía. Le dio hipo. Frente a la reja del apartamento, sacó el manojo de llaves e intentaba recordar cual era, al primer intento acertó, luego abrió la puerta. Cerró  e intentó poner la llave en la mesita que está en la entrada pero fueron a parar al piso.
–YA LLEGUÉ –Gritó.

Al cruzar el pasillo giró a la derecha donde está el comedor y vio a su mamea sentada con los ojos hinchados y llorando, la acompañaba alguien. Cuando se fijó quien era se le quitó el hipo y la borrachera.


–¿QUÉ HACES TÚ AQUÍ?

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