Alonso y Amado
Alonso esperaba en su casa a la persona que su amigo Aníbal
le mandaría para tener sexo, previo pago. Disfrutaba la espera con una copa de
vino, estaba en boxer y una franela blanca, en la habitación tenía dispuesto un
par de preservativos, lubricante y un cock
ring, un anillo para colocárselo en la base del pene y así mantener una
mejor erección.
Sonó el celular. Era Aníbal.
–<<Epa, ya el sujeto está llegando>>
–<<Ok, espero que sea bueno porque estoy pagando un
realero>>
–<<Tranquilo que me vas a pedir para repetir, es puro
lomito y tiernito>>
–<<Vale, hablamos>>
Cerró la llamada y fue a servirse más vino. Llamaron por el
intercomunicador, era el vigilante solicitando autorización para que subieraa
una persona.
Unos minutos después suena el timbre del apartamento, abre
la puerta y cuando abre la reja para dejarlo pasar, queda sorprendido al ver al
muchacho.
–Hola mucho gusto
–Hola, ¿qué tal? Adelante pasa. Yo a ti te conozco.
–Yo creo que yo a usted también.
–¿Tú no eres Amadeo el nieto de Amado?
–Si...y usted es un amigo de mi abuelo, bueno, creo que
amigo amigo no, ¿ustedes son novios?
Alonso se quedó un poco sorprendido por la pregunta, pero le
respondió.
–Bueno sí...tenemos una relación.
–Lo sabía, sabía que mi abuelo era gay, además cuando yo lo
vi a usted en la clínica estaba muy angustiado y casi llorando, me pareció
raro.
–Tutéame, vamos a tener sexo en unos minutos.
–¿Pero vamos a tirar?
–A eso viniste y yo pagué que jode por ti.
–Si pues…pero eres el novio de mi
abuelo, es como raro...
–Tu abuelo y yo terminamos, el decidió quedarse con tu
abuela.
–No es mi abuela, ella es la segunda esposa de mi abuelo.
–Ven acá, ¿tú haces de todo?–¿Cómo de todo?
–Esto –Lo trajo hacia él y le dio un beso en la boca que
duró varios segundos.
–Te quiero coger, te quiero pasivo.
–Tú eres el que paga, seré pasivo.
Alonso le puso la mano en el hombro y lo empujó hacia abajo
para que le hiciera sexo oral.
–Mámalo hasta que me lo pongas duro.
Amadeo le bajó el boxer y comenzó su trabajo. No requirió de
mucho esfuerzo para que Alonso tuviera una erección –Para–Le dijo y se fueron a
la habitación. Alonso tomó el anillo y se lo colocó, Amadeo volvió a mamarle el
pene sentado en la cama y aprovechanba para quitarse la franela y el pantalón.
Alonso lo detalló; su piel era blanca, lampiño, un cuerpo
definido pero no musculoso, unas piernas tonificadas y algo velludas. Detalló
su pene, era normal pero grueso, estaba rasurado. Unas nalgas pequeñas pero
redondas y también lampiñas. Alonso le excitó eso.
–Pónme el condón –Amadeo lo hizo y volvio a hacerle sexo
oral. El pene estaba duro, más de normal, con las venas brotadas a punto de
estallar, Amadeo le causó morbo eso.–Ponte en cuatro–Amadeo obedeció. Alonso le colocó lubricante mientras que el
muchacho abría con sus manos las nalgas. Un culo limpio, blanco como el resto
de su piel y sin un vello. Alonso comenzó a rozar su pene entre las nalgas,
subía y bajaba, hacía el intento de penetrar y se detenía.
–¿Te gusta? –Le dio una fuerte nalgada –No te oigo–le dio
otra nalgada –Sí me gusta–
Comenzó a empujar, Lo
duro de su pene facilitaba la dilatación
y lentamente iba entrando en Amadeo, que con cada emujón que le daban su
espalda se erizaba. Alonso seguía entrando poco a poco, entre el lubricante y
el sentir como se abría a su paso el culo, había un sonido líquido que lo
excitaba.
Ya completamente adentro y Amadeo estremeciéndose mientras
apretaba con su esfínter el pene, Alonso comenzó a moverse, entraba y salía,
cada vez más rápido y más fuerte. Con cada empujón venía una nalgada y también
un “Cógeme duro” que salía de la boca de
Amadeo que también se movía hacia atrás cuando Alonso empujaba hacia delante.
Alonso abría las nalgas para introducirlo por completo. El muchacho
volteaba a ver a Alonso y lo excitaba
más.
Alonso
se detuvo y retiró el pene. –Acuéstate boca abajo. -Le levantó las piernas y le
dijo a Amadeo que las sostuviera bien abiertas. Volvió a penetrarlo pero esta
vez sin esperar, entró completamente al momento. El muchacho cerró los ojos y
comenzó a sentir como el pene entraba y salía de su cuerpo, como cada gota de
sudor recorría su cuerpo, cada gota de sudor de Alonso caía en su pecho y cara.
Recordó las palabras de Andrés cuando estaban en el parque: “Todo lo que puedes experimentar
viendo a través de otros sentidos. No necesitas tus ojos para sentir la belleza
de este lugar”.
Y eso era lo que estaba sintiendo ahora, experimentando cada sensación
cada ruido, cada roce, cada gemido se maximizaba en su mente. De repente se
imaginó a Andrés haciéndole el amor en ese momento. La imaginación se esfumó al
sentir una cachetada que le hizo abrir los ojos.
–Ponte bien puta anda, muévete –Amadeo volvió a la realidad y se
decepcionó de lo que vio, no estaba
haciendo el amor, tenía sexo con un cliente, no hay amor, no hay caricias, no
hay un te quiero luego del acto. Sólo un
gracias y quizás una propina.
Alonso gruñía, Amadeo se movía e
intentaba abrir más las piernas y traerlas hacia atrás, levantó su pelvis y
sintió como el pene de Alonso tocaba su próstata,, algo que le aceleró las
ganas de eyacular.
Lo puso de lado y continuó, el muchacho comenzó a masturbarse al
ver a Alonso que estaba a punto de venirse. Retiró el pene y se quitó el
condón. –¿Dónde la quieres? Dime, que me vengo, ¿dónde? –No aguantó más y los
chorros fueron directo a la cara de Amadeo que tuvo que cerrar los ojos. Él
también se vino y su semen se mezcló con el de Alfonso, que con el cansancio se
tumbó a un lado del muchacho con la respiración agitada.
Luego de un rato tumbados en la cama sin hablar Alonso invitó a Amadeo a
ducharse juntos.
–¿Te imaginas que mi abuelo se entere que tiré contigo?
–Yo no le pienso decir ¿tú le vas a decir?
–No, ni de vaina. Y menos que cobro por esto.
–Supongo que tu familia no sabe nada.
–Para nada.. ¿Qué hora es?
–Como las nueve de la noche.
–Ya me tengo que ir.
–Si quieres te quedas un rato más y yo te llevo a tu casa
–¿En serio?
–Si vale, bueno lo hago porque eres el nieto de mi ex, no te creas que ha
todos los puticos le hago lo mismo.
–Ah gracias, que considerado ja, ja, ja
Se acostaron desnudos en la cama a conversar. Hablaron de lo que hacía
Alonso, que había pasado con su abuelo. Amadeo le contó de sus clases, de la
persona con la que estaba saliendo.
–¿Y sabe lo que haces?
–Si, le dije…no está muy convencido pero me dijo que eso es problema mío
y que no tenemos nada formal él y yo.
–Si, la verdad que no es nada bonito tener a un novio con este trabajo.
Sonó el celular de Alonso –Mámalo de nuevo anda –<<Aló>>
–<<Hola mi amor ¿cómo estas?>>
–<<Hola oso>> –Es tu abuelo –le dijo Alonso a Amadeo sin
emitir sonido–.
–<<Quería hablar contigo sobre algo>>
–<<Dime que será>>
Amadeo estaba en pleno sexo oral escuchando la conversación de ambos
–<<Quería pedirte si podemos vivir pero como amigos Daira y yo en
tu casa, yo te pago alquiler, es que necesito estar cerca de todo y estar
accesible>>
–<<Pero tu estás loco Amado? ¿Cómo me vas a meter a Daira en mi
casa?>>
–<<Pero necesito estar en la capital, voy a alquilar la casa de la
playa y mudarme a la ciudad>>
–<<Habla con tu hijo y vives con él>>
Amadeo se detuvo y vio a Alonso –¿Con nosotros?
–Shhh _le dijo Alonso.
–<<Mi hijo no se lleva bien con Daira>>
–<<Bueno déjame decirte que yo tampoco>>
–<<Pero ella no es tu enemiga>>
–<<No Amado pero tampoco es mi amiga, yo soy el novio de su esposo,
sólo eso>>
–<<¿Entonces no me vas a ayudar?>>
–<<Ahora estoy ocupado Amado, no puedo atenderte, hablamos
mañana>>
–<<¿Estás con alguien?>>
–<<Si>>
–<<¿Con quien? ¿Lo conozco?>>
Amadeo volvió a levantar la cabeza y Alonso sonrió viendo al muchacho
–<<No, no lo conoces. Hablamos mañana>>
–Mi abuelo se volvió loco, ¿cómo te va a meter a su esposa aquí?
–Quiere estar cerca de mi, eso es todo, no quiere soltar a su esposa pero
tampoco a mi. ¿Por qué no me hiciste acabar?
–Porque estaba pendiente de la conversa.
Terminó con el sexo oral haciendo que Alonso volviera a correrse. Se
vistieron y llevó al muchacho a su casa. Al llegar al edificio Alonso sacó un
fajo de billetes y se los dio.
–Toma.
–Pero si ya pagaste.
–Un plus porque te portaste muy bien, a lo mejor vuelvo a buscarte.
–Gracias.
–A ti, perrita je, je que estés bien.
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