lunes, 31 de agosto de 2015

SÉPTIMA TEMPORADA Se me antoja quererte 1 #SMAQ


Alonso y Amado.

Amado estaba lidiando con la enfermedad de su esposa y con su nieto Amadeo que ya no le hablaba. No sabía que hacer. El amor de su vida se le estaba esfumando y ya no quedaba tiempo, tenían que irse del apartamento de Alonso.



Ya había conseguido un apartamento tipo estudio pero tenía que esperar por unos arreglos que haría el antiguo dueño, además de ponerse al día con el condominio que lo tenía retrasado y así no podía hacerse efectiva la compra-venta.



Era sábado y Alonso estaba cocinando para el almuerzo, Amado terminaba de acomodar a su esposa para que duermiera un rato.



–¿Mi amor, qué nos pasó? ¿qué le pasó a nuestra relación?, todo iba bien antes de todo esto.
–¿Tú todavía me preguntas qué nos pasó? Coño Amado a veces pienso que yo me empaté con un carajito, es más que me empaté con tu nieto Amadeo.
–Te lo cogiste por cierto.
–Eso no viene al caso, él es mayor de edad. Todo los que nos ha pasado y tú todavía preguntándote esa estupidez. Divórciate de tu mujer, y dile a su familia que se encargue de ella y comencemos a vivir nuestra vida.
–No es fácil ahora.
–No es fácil, no es fácil ahora, en estos momentos no se puede. Nunca va a ser fácil y no será el momento Amado, tienes que lanzarte.
–Ya me voy a mudar de aquí, ya conseguí apartamento.


A pesar que Alonso quería que se fueran, una parte de él no quería que salieran de su apartamento.
–Que bueno, eso va a ser beneficiosos para  todos.
–¿Qué cocinas? ¿Te puedo ayudar?
–Estos medallones de lomito. Pícame dos cebollas por fa, si quieres luego haz el jugo de guayaba.

Compartir nuevamente con Amado despues de varias semanas de tensión, reconfortó a Alonso que aún pensaba como decirle a Amado lo de su esposa.


–Quería pedirte un favor, que me ayudaras a cambiar a Daira antes de sentarnos a almorzar, ¿puedes?
–¿Qué pasó con la enfermera nueva?.
–No he conseguido, están cobrando carísimo.
–Bueno no es fácil atender a una persona en las condiciones de Daira
–¿Tú y yo seguimos juntos? Digo, ¿somos novios?
–Ja, ja, ja ay Amado, pareces un quinceañero. No somos unos carajitos que tenemos que preguntarnos eso. Si necesitas una respuesta lo haré, mientras estés con Daira nosotros seremos sólo amigos. ¿te sirve?.
–Estás siendo cruel conmigo, me siento solo.
–JA, ¿cruel? Pero ¿de que estamos hablando? Todo esto es bien cruel, absurdo y descabellado, no me vengas  ahora que yo soy el malo de la historia.
–Bueno, creo que hoy no es el momento de conversar, ayúdame con Daira por favor.
–Espera, déjame servirme un café y bajarle el fuego a esto.


Amado se adelantó al cuarto. Alonso colocó la taza de café en el microondas y le puso el doble de tiempo que normalmente coloca.

Llegó al cuarto y Amado estaba buscando un vestido para su esposa. Alonso se acercó  a la cama y se sentó en el borde de la cama justo al lado de las piernas de Daira.
–¿Quieres café Daira? –Le susurró. Volteó la taza sobre las piernas de ella, lo que hizo que gritara.
–AAAAHH ¡Quema!

Amado se volteó hacia la cama y vio a su esposa sentada en la cama aguantando el dolor en las piernas por el líquido caliente que le quemaba la piel.


–Bueno Amado, ya te quité un problema de encima, no necesitas enfermera. Pero bueno te vienen otros problemas que tendrás que solucionar con tu querida esposa, voy a montar la mesa para tres y así almorzar juntos.

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