miércoles, 23 de octubre de 2013

PECADO CAPITAL 5. Avaricia. Final de Temporada


Llegó el día de la operación de Trinidad, el día más importante en la vida del jóven que nació hombre pero se siente mujer desde que tiene uso de razón. Una operación sin precedentes tomando en cuenta que es menor de edad y afroamericano.

Trinidad estaba en la camilla asistido por un par de enfermeras, el médico cirujano encargado de la reasignación de sexo, otro médico cirujano y un anestesiólogo. –Lo primero será quitarle estas prótesis que cuestan miles de euros jejeje– Un par de prótesis llenas de la más pura cocaína. Sería el pago por trabajos realizados, favores y otras diligencias. –Ahora le colocamos sus dos nuevas tetas y comenzaremos  a ponerle su nuevo genital a esta nueva niña, espero que sepa lo que está haciendo porque esto no tiene marcha atrás.



Luego de ocho largas horas, daban los toques finales a la nueva vagina. Donde antes había un pene –que ya no queda nada de aquel trozo de carne–ahora hay una vagina recien construída, inflamada, con un drenaje. Un aspecto terrible si en este momento Trinidad quisiera verla. Los médicos satisfechos pero agotados. El jóven, ahora mujer perdió mucha sangre que requirió transfusiones pero todo salió excelente. La recuperación será lenta.



Dos días después de la operación fueron a buscar a Trinidad a la clínica para llevársela a su nueva casa; un prostíbulo. El mejor y más grande de Sarrebruck. –¿Dónde me llevan? Todavía estoy convaleciente, necesito quedarme aquí recuperándome–Cállate y obedece, te vamos a llevar a tu nuevo trabajo, no te creas que esta operación te va a salir gratis– La ahora mujer, Trinidad, estaba adolorida, aún con el drenaje y los puntos en la entrepierna, no hubo autorización para llevársela pero eso no importó para que la gente de Orinoco se la llevara.



Entraron en la camioneta, la montaron atrás con otro escolta.–Nos volvemos a ver Trinidad–era Asuán, que, con un beso en la boca saludó a Trinidad. –Estas fría, ¿Qué te pasa?–Tengo escalofríos, creo que tengo fiebre–Vámos rápido al negocio que la revise el médico de allá. Te tienes que recuperar pronto porque esa vagina nos tiene que dar mucho dinero–decía Asuán mientras le metía la lengua en el oído derecho a Trinidad. Llegaron al local e inmediatamente ingresaron a la muchacha al servicio médico.



Tres meses después de haber matado a sus padres el nuevo Falcón era irreconocible. Sin expresión, sin cabello, sin sentimientos. Un cuerpo trabajado en el gimnasio y con la ayuda de complementos e inyecciones de esteroides anabolizantes. Lo convirtieron en una máquina de matar. Ahora estaba en prácticas de tiro y artes marciales. Ya cargaba con seis muertos a sus espaldas.

Una tarde en la que Potro lo dejó libre, se montó en su camioneta a recorrer la ciudad. Pasó por una heladería y se consiguió a Catia con unas amigas. –Falcón, ¿eres tú?, pensábamos que estabas muerto igual que tus pap…–Despídete de tus amigas y vente conmigo–Ya va, no puedo ahora..– Falcón la tomó fuerte del brazo y se la llevó arrastrada de ahí, sus amigas comenzaron a gritarle que la soltara. Falcón sacó su arma y disparó contra el vidrio de la entrada de la heladería lo que hizo que todos se agacharan y gritaran, aprovechó y montó a Catia en la camioneta.



Icoa se levanta de su amplia cama, se estira y camina hacia el gran ventanal que tiene la inmensa habitación que le dieron una vez que comenzó a trabajar y facturar grandes cantidades de euros. Abre las cortinas, toma una bocanada de aire y deja caer su bata quedando completamente desnuda. Hoy es su cumpleaños número 17, aunque sus documentos reflejan que son 19, en el prostíbulo la venden como la virginal  y menor de edad, algo que no es totalmente falso. Se acercó al gran espejo y comenzó a ver su cuerpo.–Al comienzo te odié, no era lo que quería, me arrepentí de haberlo hecho…pero a partir de hoy vas a triplicar el dinero que hacemos para esta puta gente–Trinidad, ahora Icoa, le hablaba a su vagina.



Al mes de llegar al negocio de la prostitución, la pusieron a trabajar. “La transexual negra latina” así la vendían al mejor postor. Sus primeros clientes tenían que conformarse con penetrarla por el ano pues su vagina aún no estaba lista para el sexo. Todavía dolían las heridas tanto físicas como mentales. Trinidad al verse a los días de la operación lloró, quería volver a ser hombre, maldijo el día que decidió operarse, pero todos esos pensamientos y frutraciones desaparecieron el día que comenzó su nuevo trabajo. Tres hombres la compraron para esa noche, pagaron un alto precio para hacer lo que quisieran con ella, la drogaron, le hicieron beber, cada uno la penetró, iban turnándose. Le introducían dildos, doble penetración, fisting, sado, todo lo inimaginable y pervertido que se les ocurrriera hacerle, lo hicieron sin contemplaciones. Es día quedó adolorida, traumada, sin fuerzas, colapsada y con la vagina maltratada sin haber sido penetrada. Los siguientes dos meses no fueron muy distintos.



–Ahora si voy a sacarle dinero a este cuerpo y voy a mudar a mi familia del barrio. Todo sea por tener dinero, no me importa lo que me hagan, voy  atener dinero para hacer que lo que me dé la gana–Tocaba con sus dedos la hasta hoy virgen vagina. Tocan la puerta del cuarto y la abren. Era Asuán.

–Ya tú sabes a lo que vengo, vas a ser mía antes que de cualquier viejo enfermo de los que vienen para acá. Te lo dije el día que nos conocimos, vas a ser mía esta vez como Dios manda–Le introdujo los dedos y comenzó a besarla. Asuán es un hombre fuerte, atlético y alto, alzó a Icoa y la llevó cargada hasta la cama y la tumbó. Se quitó la ropa. –Estoy enamorado de ti desde que te vi en ese aeropuerto. Te quiero sólo para mí Icoa, te voy a sacar de aquí pronto– Comenzó a besarla, bajó a sus pechos y comenzó a lamer sus pezones, primero uno y a los segundos el otro, siguió bajando hasta llegar a su vientre y suavemente comenzó a soplarle la piel hasta llegar a su entrepierna, con sus dedos abrió los labios e introdujo su lengua para comenzar a lamer aquella oscura vagina que se le antojaba apetecible.



Detuvo la camioneta en una zona apartada, boscosa y solitaria. –Pásate al asiento de atrás–¿Qué vas a hacer?–Falcón sacó el arma y con un gesto de amenaza le dijo que se colocara atrás. –Quítate la ropa–Lo hizo, él no. Sólo sacó su pene por el cierre del pantalón. Sin preámbulos, sin lubricación previa y sin gestos de ternura la penetró. Salvaje, como un animal, sexo por sexo. Catia gritaba del dolor, Falcón la embestía con rabia y gritando… –PERRA, ERES UNA MALDITA PERRA, AHORA YO TENGO EL PODER MALDITA BASURA– la agarraba del cabello y le metía la pistola en la boca haciéndole daño. –Voltéate– la penetró por detrás igualmente  con la misa furia que como empezó. La jaló del pelo con toda su fuerza mientras derramba internamente todo su semen. –Ahora vístete para llevarte a tu casa–.



Asuán estaba deleitándose con lo que tenía frente a él, Icoa se retorcía de placer –Penétrame, penétrame, házme tuya por favor mi amor, cógeme–Cálmate, disfruta el momento, no hay prisa, relájate– Continuó por unos instantes más y se detuvo. –Sigue, no te pares–No, ahora te toca lubricar mi pene, mámalo y pónlo duro para penetrarte– se sonrió–Luego de hacerte el amor hoy no vas a querer que otro hombre te toque, vas a ser sólo mía Icoa, te amo–le dijo eso mientras la veía como le hacía el sexo oral.

Llegó el momento clímax. Trinidad, ahora Icoa volvía a experimentar lo que es perder la virginidad, pero como mujer.



Asuán se incorporó, separó las piernas de Icoa y lentamente se fue acercando guiando su pene hacia el sexo de su amada. Entró. Se detuvo, la besó y con la suavidad de un amante enamorado comenzó a hacerle el amor a Icoa. Ella, con sus ojos cerrados dejaba correr las lágrimas de amor, placer, felicidad. Comenzaba a experimentar lo que siente una mujer, hoy por primera vez se sentía una mujer.



Con la delicadeza de la seda, Asuán estaba dentro de ella, sintiéndola, acoplándose. –Te quiero así, entregada, amándome, amándote, sentirme dentro de ti– le susurraba al oído mientras seguía haciéndole el amor. Icoa sentía cada centímetro de el pene de su amado dentro de ella, su vagina estaba viva, algo que a ella le atormentaba. Llegó el momento de acabar, Asuán no aguantó lo que venía y se corrió dentro de ella, se dejó caer sobre ella y así quedaron por varios minutos. Icoa lloraba, Asuán dormía con una sonrisa en los labios.



Minutos después se estaban vistiendo. Él a trabajar cuidando a su jefe. Ella, a ofrecer su cuerpo al que más pague y soportar lo que ellos quieran hacer. –Mi amor....acabas de ser mía y yo tuyo, eso no los va  aquitar nadie, pero ahora tengo que dejar que alguien meas te toque y me da rabia e impotencia, te voy a sacar de aquí. No quiero compartirte con nadie– La abrazó y se fundieron en un beso intenso. –Te amo Asuán, pero también necesito el dinero, luego nos podremos ir de aquí–.


Y todavía faltaban momentos muy amargos en la nueva vida de Icoa.

miércoles, 16 de octubre de 2013

PECADO CAPITAL 5. Soberbia


Ya montados en la camioneta África le pregunta a Tabay el por qué de la prisa, –yo quería disfrutar del in de semana completo–Tabay le da un cachetada –¿Coño no viste que mataron a mis escoltas? ¿Qué querías que nos mataran a nosotros también? Bueno que te maten a ti no me importa, gran vaina se va a perder–¿Por qué me tratas así, que te he hecho para que estes así conmigo–Cállate la boca no me hables– y volvió a darle otra cachetada. Potro los había seguido hasta la playa en una camioneta blanca de vidrios tipo espejo –de su propiedad que Tabay no sabía que la tenía–Llegó, vió a los escoltas, conversó con ellos y los mató a cada uno con un tiro en la cabeza.



Sin hablar durante el camino, Tabay iba a toda velocidad hasta que se da cuenta que una camioneta blanca se acerca rápidamente hacia él y sin poder reaccionar embieste a su camioneta hasta hacerla perder el control y salir se del camino chocando con las defensas. La camioneta blanca sigue su camino a toda velocidad.



En la la playa se quedaron Atabapo y Tobago. –Voy a la posada un momento nene, ya regreso, ¿quieres algo de tomar?–No, gracias yo te espero aquí, me voy a bañar. Atabapo entra a la habitación y se dirige al baño, abre la puerta y se encuentra a un hombre negro sentado en la poceta. –Ay curita, tú no aprendes...yo te dije que no te metieras con mi putico y aquí sigues– Se levantó bruscamente y agarró a Atabapo por la cabeza. –Te lo dije mamaguevo que te volvía a vé’ con mi putico y te mataba– Lo tenía ahorcado y lo lanzó a la cama y comenzó a darle golpes, uno detrás de otro–El putico es mio mamaguevo, es mio nojoda, cabrón de mierda–y seguía golpeándolo. Cuando comenzó a ver que tenía sangre en la cara entró Tobago, –¿¿QUÉ HACES COROMOTO??–el motorizado se detuvo y agarró por el pelo a Tobago mirándolo con cara de rabia. –¡Te voy a matá carajito! Eres una puta, ¡te dije que más nadie te iba a cogé’ sino yo!.

Tobago agarró su bolso y Coromoto lo sacó del cuarto arrastrándolo,–Móntate en la moto que nos vamos–Antes que se montara lo abrazó y le dió un beso en la boca–la próxima te mato a coñazos carajito–. Salieron a toda velocidad del pueblo dejando a Atabapo inconsciente.



Tabay reaccionó unos minutos después del choque y vió que África estaba desmayada y con una herida en la cabeza, se acercó a ella, abrió la puerta y la lanzó de la camioneta, logró encenderla y se fue de ahí dejando a África tendida en el piso



***

Tres días después, África estaba en su casa recuperándose con un brazo enyesado y cinco puntos de sutura en la cabeza. Atabapo también hospitalizado con fractura de naríz y pómulo y varias contusiones en la cabeza que requerían chequeo.

Tabay estaba en su casa descansando, cuando rcibe una llamada… “Mi amor vente ya para mi casa, es importante y urgente“ –¿Pero tienes ques er ahora?– “Si, te interesa, vente con Potro“.

–Potro, Potro, Potro, que voy a hacer contigo carajo, casi me matan, despachan a mis escoltas y tú no apareces...no te mao porque eres mi hombre de confianza y mano derecha. Ahora serás mi escolta personal–Así será jefe–dijo Potro mientras torcía la boca con una sonrisa de maldad.

–Me vendiste a Tabay Guanta, eres una sucia, pero no me van a joder–Tú no vas para ningún lado–Lo apuntaba con un arma. En ese momento se abre la puerta del apartamento. –Caramba mira quien tememos aquí, el que se coge a mi novia–Y tú te coges a la mía, así que estamos parejos–Potro le lanza un golpe que lo tumba al suelo.

–Eres una maldita, me van a matar por tu culpa, perra–Tabay lo levanta del suelo por el cabello.–No chico, si yo not e voy a matar, ahora vas a trabajar para mi. Serás uno de mis matones, despacharás al que yo te diga–Yo no voy a matar a nadie, no soy un asesino–Lo serás, Potro te va a entrenar y hoy vas a matar a dos persona jeje, llévatelo para que empiece a ser un hombrecito y se le quite tanta bondad de mierda que tiene en la cabeza.



–¿A quién va a matar este niño?–Mi amor no me eches la charla, quiero hacerte el amor, no sabes quienes son las víctimas, asi que relájate y dame lo que quiero–. Guanta empujó a Tabay en la cama y le quitó los pantalones, agarró unas tijeras y se montó encima de Tabay –¿Qué vas a hcer cones? Mosca mi amor, mosca que eso nos on juegos–Shhhh, calladito que no voy a ahcer nada que no te guste– Metío la tijera entre la piel y el interior y rompió la tela. –Verga, que perrita eres, mama–Guanta comenzó a mamar suave, bajaba hasta la base del pene y se retiraba, en una de las veces que lo introdjo en su boca comenzó morderle el pene con bastante presión –Me duele cariño, no tan duro–Aguanta, pareces una niña, todavía no muerdo duro–y clavó sus uñas en los testículos, lo que hizo que Tabay gritara del dolor, pero ella seguía mordiendo el pene y Tabay se excitaba y ella mordía.

Con su lengua se paseaba por todo el cuepo del pene mientras seguía mordiendo, hasta que Tabay no aguantó y derramó su semen en la boca de la mujer ella no lo tragó sino que se levantó y le escupió todo el líquido en la cara de Tabay y le soltó una fuerte cachetada. Se levantó y comenzó a vestirse.

–Te me estás poniendo muy eyaculador precoz últimamente, vamos a ver si te corriges eso, no me está funcionando así–Pero, pero mi amor no me dejes así vamos a esperar un ratico para cogerte, ¡no te vayaaaas!– Un portazo y todo quedó en silencio.


Potro y Falcón llegaban a la casa de este. –¿Qué vamos a hacer de mis padres, para que me tráes aca?–Abre la puerta y haces lo que te digo–Dijo Potro con frialdad. Hijooo ¿cómo estás? que sorpresa ¿vienes a comer? ¿y el señor? ¿un amigoSiéntese señora–Potro sacó un arma y se la dió a Falcón –mátalos–¡¡¡NOOO!!! ¡¡¡¿¿¿ESTÁS LOCO???!!!– Potro le tomó de la mano junto con el arma, puso el dedo de Falcón en el gatillo –Primero las damas–apretó y disparó, un tiro certero en la frente. –Ahora a tu padre–Misma acción y el padre cayó tendido en el piso. Falcón quedó paralizado, y las lágrimas salían solas. Potro lo volteó y le dió un fuerte golpe en la cara. –Vámonos, que tenemos mucho que hacer, esto sólo es el comienzo–