sábado, 27 de abril de 2013

TRIPLE EQUIS. Reconteo manual


Domingo, 5:00 am. Día histórico, elecciones presidenciales y yo de protagonista como miembro de mesa en mi centro de votación. Me asignaron la zona de mojar el meñique a la gente.

Acomodando mesas y pupitres para la jornada, uno de los miembros me miraba, por su actitud sabía que era afecto al gobierno, es un centro netamente oficialista en el oeste de la ciudad. Sólo dos de oposición, situación incómoda.

“Esta noche le vamos a dar tremenda cogida” me dijo al oído el que me miraba. La jornada comenzó tranquila, el grupo, parcializado con el gobierno, nos ponía en tensión. Hacían chistes del candidato opositor, nosotros callados y mientras él se reía me miraba poniendo su mano en la entrepierna y apretando su paquete con un gesto de “los vamos a joder”.

Todo transcurrió en sana paz. Llegó la noche, cerrado el centro y comenzó la auditoría. Se conectó la máquina para la transmisión, el chamo que me miraba no estaba por ahí. Había un cuartico dentro del salón y entré. Ahí estaba, solo, tocándose, como si supiera que yo iba a llegar. “Te tardaste en encontrarme papá” me dijo.

“¿Qué haces aquí? Le dije. “Vengo hacerte una auditoria en privado, a ver que tan escuálido eres”, me abrazó y me tapó la boca. “Quédate quietico y no hagas ruido” “Te voy a coger, bájate el pantalón”. Me lo desabroché y él terminó de bajármelo, me volteó y se acercó a mi oído “Te va a doler mariconsito”, sentí como su pene se abría paso entre mis nalgas y sin preámbulo lo empujó, solté un grito, me tapó la boca y me apretó el cuello “Vuelves a gritar y te golpeo”. Deslizó todo su pene dentro de mi, me relajé.

Aún en esa situación estaba disfrutando del sexo, el sudor corría por mi pecho. Comenzó a empujar más duro, lo sacaba y lo volvía a meter, “Como te gusta que te cojan escualidito, estas flojita” Sin verlo, sabía que lo tenía era largo y grueso. Apretó su mano alrededor de mi cuello, yo estaba petrificado del susto.
Todo en silencio, sólo se oía el golpeteo de su pelvis con mis nalgas. Retiró su pene, me voltea, “agáchate”, comenzó masturbarse y se descargó en mi cara dejándome ciego. Introdujo su pene en mi boca mientras aún derramaba líquido. En ese momento entran al cuarto los cinco miembros y ven la escena. Él se aparta de mí. ¿Qué significa esto?. Los militares nos sacan del colegio y la policía nos lleva a fiscalía. “Donde vayamos terminas lo que dejaste a la mitad” me dijo él.

sábado, 20 de abril de 2013

TRIPLE EQUIS. Moreno ven, ven donde mi

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En esos días en que uno está aburrido y la ociosidad comienza a hacer estragos, decidí activar mi cuenta de MANHUNT para ver que caía. Coloqué en mi perfil mi número de teléfono y mi PIN.
Unas horas más tarde suena mi celular, un número desconocido, lo atiendo y era un tipo que había leído y visto mi perfil. Nos citamos a eso de las 7pm en un lugar público cerca de mi casa.
Llego temprano y a los 20 minutos llega el hombre y marca mi celular para localizarme, me acerco donde él está. De uno 40 años, estatura baja, algo de barriga, nada despreciable, moreno y un rico paquete.
Coversamos y recorrimos la zona un rato hasta que fuimos a un restaurante a cenar. “No soy de aquí pero estoy hospedado en un hotel cerca”. Me dijo. Me sorprendí y me puse a mil pensando que ese moreno con aquella verga (de momento me la imaginaba) me iba a coger. “¿Quieres que vayamos? Me preguntó. Le dije que sí, claro que sí.
Llegamos al hotel y me dice que el sube primero y luego yo suba, me dió el numero de habitación y piso. Entro al cuarto y me recosté en la cama, él se lanza al lado mio y me da un beso , me comenzó a besar el cuello y subía hasta mis orejas, luego me seguía besando apasionadamente.
En algún momento, no se cuanto habrá pasado, se quitó su ropa y yo la mía, quedé en interior y él me lo quita y para mi sorpresa ya él estaba totalmente desnudo con un hermoso paquete de 21 cms. oscuro y que se iba engrosando desde el glande hacia abajo. Pensé que no iba a poder con eso, pero sin pensar más en eso me dediqué a tragármelo por completo, le chupaba el glande y me tragaba esa lubricación previa que no paraba de salir. Seguía mamando y trataba de metérmelo todo pero me costaba, ma daban arcadas y hasta las lágrimas me salieron, aún así seguía.
Me dio un tremendo beso donde nuestras lenguas se cruzaban violentamente, me succionaba y me mordía todo diciéndome que me quería coger. Comenzó a chuparme el culo metiendo su lengua y de vez en cuando mordiendome el hueco. Volví a mamar aquel guevo intentando metermela toda, me propone penetrarme y sin más le dije que si, casi con desesperación.
Me puse boca arriba con una almohada en mis nalgas y otra en la espalda dejando mi culo frente a él, listo para una embestida fenomenal y quizás dolorosa. Tomó un condón y sólo se lubricó con saliva y desde su boca dejo caer saliva en mi culo. Comenzó a penetrarme poco a poco y sentía que me partía el culo en dos, trataba de acostumbrarme y la sacaba metiéndome cada vez un poco más hasta que ya la tenía toda adentro, supo hacerlo, no sentí dolor sólo el placer de sentir como penetran tus entrañas.
Me bombeaba durísimo y cada vez le daba más duro, me la metía y sacaba con facilidad ya me había abierto y acostumbrado a su descomunal grosor. Le dije que me dejara sentarme en su verga,  él se recuesta en la cama mientras me subo para tragármela de un solo golpe, lo cabalgaba como un demente; subía y me la tragaba nuevamente toda, sin dudas me cogía muy bien. Luego me pone boca abajo y me la mete de una sola vez y vuelva a darme durísimo, mi pene estaba todo mojado de tanta lubricación que derramé. Sentía que me iba a venir sin tocarme, pero estaba aprisionado sin poder moverme, sólo recibía los empujones de aquel moreno.
Sentía una desesperación porque acabara y sentir su leche dentro de mi. Ya no daba más necesitaba que eyaculara pero el hombre seguía penetrándome, logro salirme de la cama y me voy al baño. El viene detrás de mí y me la mete nuevamente hasta que ahora sí se viene, lo saca, se quita el condón y derrama toda su leche en mis nalgas, yo hice lo mismo, fueron 3 largos chorros que se confundieron con el agua de la ducha.
Una vez más me la metió, su pene seguía parado, pero esta vez sí estaba bastante adolorido pero seguí gozando de su verga dentro de la ducha. Ya no aguantaba más y di la vuelta y se lo mamé un buen rato hasta que se vino en mi boca. Quedamos exhaustos, me despedí de él. Al salir del hotel me di cuenta que no tenía su número de celular…no supe más de él.

miércoles, 17 de abril de 2013

PECADO CAPITAL. Avaricia. FINAL de TEMPORADA

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Tabay tenía entre sus manos, acariciándolo, a su pene. Guanta, arrodillada se secó las lágrimas con sus manos, se levantó, dio media vuelta para salir de la oficina. Tabay la tomó con fuerza del brazo. –¡Tú no te vas sin terminar lo que te dije que hicieras!– le dijo con voz fuerte, pero ella se soltó del brazo de él y siguió caminando hacia la salida.


–Te vas a arrepentir mujercita, yo sé que vas a regresar para negociar conmigo…aquí te voy a esperar–. Aún con su pene erecto fuera del pantalón, cerró la puerta, se echó en el sofá y comenzó a masturbarse.



***

Al día siguiente Tabay se encontraba en México para cerrar la negociación más grande de su vida lo que le iba a genera mucho más dinero; 10 toneladas de cocaína para distribuirlas en Europa.



–Necesitamos una operación limpia, que organicemos bien todo, que nos ahorremos una gran cantidad de dinero pero sin descuidar ningún detalle. Esta operación es muy delicada y hay que estar alerta y sincronizados– Hablaba Tabay con sus socios y varios de los que iban a estar involucrados en el operativo.



Al finalizar la reunión, dos de sus socios y él se fueron a divertir en Veracruz. Llegaron a un bar muy famoso en la zona, donde las prostitutas son las más caras de México. Su dueño estaba involucrado en el tráfico de drogas y trata de blancas en un red de prostitución más grande de latinoamérica que mercadea con países de Europa del este.



Llegaron los tres, cada uno con dos escoltas que parecían murallas impenetrables. Se acercaron a la barra y hablaron con el encargado. –Queremos a las tres putas más caras de esta vaina–Le dijo Tabay. –Lo siento, las muchachas están ocupadas en otra zona con unos clients, pero puedo recomendarles otras niñas que tenemos–. –Tabay lo agarró por el cuello y le dijo –Yo no te estoy preguntando quién está disponible, te estoy diciendo que queremos a last res mejores, estas entendiendo, ¿no?–Es que no se va a poder señor…–.



–¿Dónde está el dueño de esto?–Al fondo de este pasillo– Potro, encárgate de este– le dijo a su escolta refiriéndose al encargado. Sacó su arma y le dió un disparo en el medio de la frente, limpio, sin ruido, sin escándalo, cayo por detrás de la barra y siguieron todos por el pasillo.



Entraron sin avisar a la oficina rompiendo la puerta con una patada. El dueño estaba en el suelo en posición de perro y lo estaba penetrando un muchacho que no llegaba a 20 años. Guadalupe, el dueño, un señor de casi 70 años. Uno de los escoltas alzó al muchacho y lo sacó de la oficina como estaba, desnudo.



–Caramba Guadalupe, así que te gustan chamaquitos, son los únicos que te follan pagándoles por supuesto jejejeje–Le decía Otto, el socio alemán. Párate y llama a tus mejores putas que venga ya aquí, mis amigos y yo queremos divertirnos esta noche–.



–Listo, ya vienen, se van a tardar pero vienen seguro, pero siéntense, ¿quieren un trago?–Queremos comprarte este antro de mierda, ¿cuánto pides por esto?–No está en venta, este es mi negocio y de esto vivo–mintió, sabiendo que ellos saben de sus negocios.



–Bueno, bueno, bueno, creo que quieres correr la misma suerte que el maricón de tu encargado, tu mano derecha–¿Qué le hicieron, lo mataron?– Potro, dile como hiciste–. Otro disparo certero en la frente dejó inmóvil en su silla de cuero al gordo sexagenário. Detrás de la puerta de la oficina se escucha un grito ahogado, era el jovén que había visto todo. Potro se voltea y sin pensarlo le da otro disparo al jóven que cae al pisó muerto.



­–Coño Potro, te cargaste a ese niño, ahora son tres muertos…por hacer lo que te de la gana te va a tocar deshacerte de los tres fiambres jejeje, le dió una palmada y Potro se encargó de todo, mientras ellos tomaban el control del local, que, a partir de ahora, serían los dueños.



Llegaron las tres prostitutas buscando a su jefe. Entraron en la oficina y se consiguen con Tabay.–Muchachas, por fin llegaron– Ellas estaban confundidas, no entendían que pasaba. –¿Dónde está Guadalupe?–Guadalupe nos acaba de vender el local y se fue, mis socios que están en la barra y yo somos los dueños. Ven güerita, tengo días que no me maman la polla, ¿quieres venir?. Vas a tener una buena recompensa– Sacó una paca de dólares y se los dio. –Ustedes dos salgan de aquí y busquen a los cuates de afuera, la güera tiene trabajo aquí.



–Desnúdate perrita, quiero verte– La rubia obedeció, comenzó a quitarse la ropa mientras Tabay acariciaba su pene para despertarlo. Cuando se quedó en ropa interior, quedó impactado del cuerpo de esa hermosa mujer.  Se acercó  a él, se agachó y comenzó a hacerle el sexo oral. Cuando el pene entro en su boca, lo que sintió Tabay fue algo que nunca había experimentado, aquella mujer era una expert con la lengua.



Le quitó el sostén mientras ella seguía con su trabajo de felación. –Quítate la pantaleta, quiero verte el coño. Ella se levantó y le dijo –te vas a quedar con las ganas de un coño porque aqui lo que te tengo es mi polla y mi culo–¡¡¡Maldita sea carajo!!! ¿Por qué me engañan? Yo quiero follarme una cuquita. Por mala vas a llevar por ese culo bastante palo y te voy a castigar.



Sacó de su maletín un dildo que lubricó con aceite, empujó al escritorio a la rubia dejando su trasero expuesto hacia él. –Ahora aguanta perra– le introdujo el enorme dildo sin dilatarla, iba abriendo su cavidad a la fuerza, ella gritaba del dolor, pero le tapo la boca. –¡Coño te callas y aguantas, cuando termine contigo te vas de esta mierda, yo quiero unas hembras no maricones trabajando aquí!.–



Llorando del dolor y sin poder gritar, el dildo entraba con dificultad, que ya iba por la mitad. Su delgado cuerpo no aguantaba tanto dolor y se desvaneció, cayendo al suelo. –Que basura, ¡Potro! Saca a este maricón de aquí y llévatelo, no está muerta pero lánzalo donde están los que despachaste–.


Potro la cargo y fue llevándola hacia el lugar donde dejó tirados a los otros. En eso la rubia despierta y ve al hombre grande, fuerte y negro. –Por favor no me mates, no me mates, déjame aquí– Potro la puso en el piso de pie, –Gracias– le dijo la rubia. Potro le agarró la cabeza y de un brusco giro le partió el cuello. La volvió a cargar y la lanzó en el hueco junto a los otros cadáveres.

sábado, 13 de abril de 2013

TRIPLE EQUIS. Me sembraron en el huerto.




Salimos en bicicleta un amigo y yo sin ningún rumbo simplemente a dar vueltas. Después de un rato ya algo cansados, decidimos irnos por un camino bastante solitario. Al adentrarnos más descubrimos un sembradío que justamente estaba activado el sistema de riego que era bastante amplio, pedimos permiso a unos encargados del sector, nos quedamos en interiores para no mojar la ropa.
Nos bañamos por un buen rato hasta que la gente que trabajaba en el lugar se fueron retirando, cuando ya pasaban las dos de la tarde me quito el interior para colocarlo al sol para que se secara. Mi amigo hace lo mismo, así seguimos entre los aspersores y un tanque de agua, al fijarme en la entrepierna de mi amigo supe porque le decían pene de compota; es bastante grueso y no muy largo, nos salimos un rato del agua y no dejaba de mirarle el pene, disimuladamente. Quería tocárselo pero dentro del agua lo rozaba, primero con la mano después con mis nalgas.
Nos sentamos debajo de un árbol, el tenía el pene erecto, 6 cm de grueso y unos 15 cms de largo. Perfecto. Le dije que nos masturbáramos. Aceptó. Nos colocamos uno lado del otro, nuestra piel rozaba y nos excitaba más “¿Te masturbo?” Le dije, me agarró la mano y comence, el hizo lo mismo conmigo. Mi mano no alcanzaba a cerrarla alrededor de su pene.
Parecía que toda la sangre de su cuerpo la tenía en su pene, estaba durísimo. Así seguimos, nos juntamos aún más para unir nuestros penes, pasé la punta de su pene debajo de mis bolas casi tocando mi ano, pero él no se atrevía a decir ni hacer más nada, solo masturbarme y yo a él, Comencé a darle mas rápido y yo me vine, lancé una buena cantidad de semen que cayó por todo mi abdomen y piernas.
Le pregunte que si estaba listo para acabar me dijo que le faltaba mucho y comencé hacerlo mas rápido agarre de mi semen y se lo puse en su pene para lubricarlo, le dije que se acostara y me le monte arriba. “¿Qué haces?” Me preguntó. Le dije “Darte más ánimo para que acabes” puse su pene entre mis nalgas, coloqué saliva en mi culo y empecé a meterlo, él decía que me iba doler. “Tranquilo, yo aguanto” tan puta yo jejejeje.  Me fui sentando lentamente para que entrara, lo sacaba y así lo hice varias veces, me dolió muchísimo, sentía que me estaban partiendo en dos y me detuve un rato como para dilatar mi ano a ese grosor.
Después de un rato me relajé y entró hasta el fondo, el dolor desapareció y ahora lo que venía era disfrutar aquello. Él gemía de placer y yo enloquecido.

Después de un rato, cambiamos de posición, yo boca abajo y él sobre mi, sentir todo su cuerpo, ver los movimientos de cintura haciendo que entrara y saliera su verga bien gruesa dentro mi me ponía más quesúo. Llego el momento de sentir su semen en mi culo, por cada contracción que el tenía yo le apretaba el pene con mi culo. Mi amigo botaba y botaba leche era algo exagerado. Al sacar aquella cosa gruesa pujé y derramé su leche fuera de mi culo, ¡uf fue lo máximo!. Entramos al tanque para lavarnos, nos vestimos y nos fuimos. Y como si aquello no hubiese pasado nunca, no volvimos a tocar el tema. No hubo repetición pero lo disfruté.

miércoles, 10 de abril de 2013

PECADO CAPITAL. Temporada 1: Soberbia

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–Me estaba orinando profesora– le dijo con voz temblorosa. –¿Qué estaría haciendo este negro marginal y encima maricón en el baño de las niñas? No sé como el dueño permite que ingrese gentuza a este colegio, a esta escoria deberían sacarla de aquí no es como uno.–¿Y que hacías en el baño de damas?– le gritó la Directora mientras entraba al baño.


Tomó del brazo a Trinidad como quien agarra algo que está sucio o con mal olor, para que lo acompañara, revisó los 3 cubículos hasta que vió a la muchacha en el piso. –Esto me lo vas a explicar en la dirección jovencito–. Llamaron a una ambulancia y a los padres de la muchacha y de Trinidad.



***

Tabay se antojó de supervisar hoy su empresa de empaques. Al llegar se encuentra que hay una huelga de obreros. Tres días parados. Detuvieron las máquinas hoy.



–¿PERO ESTA GENTE QUE SE CREE?, YO SOY TABAY UZCÁTEGUI A MI NADIE ME DETIENE EL TRABAJO CARAJO– le gritaba al director general de la empresa. –Tabay, esta gente reclama por el contrato colectivo y por el aumento de sueldos que se le prometió hace 6 meses–Le dijo.



–A mi me sabe a mierda su contrato colectivo, aquí se viene a trabajar porque si no se produce no se le paga a estos marginales, que enciendan las máquinas o los boto a todos y contrato gente capaz–.



Bajó al galpón para hablar con los obreros. –¿Quién es el cabecilla de esta revuelta?, que de la cara y me explique por  qué coño detuvieron la fábrica– Las 120 obreros y obreras que trabajan en la fábrica lo miraban con rabia y sin ánimos de ceder hasta que cumplieran sus reclamos.



Del fondo de la multitud, pidiendo paso para acercarse donde estaba Tabay, aparece una señora de unos 35 años, de mediana estatura, cabello castaño, largo hasta los hombros y ojos verdes, muy bella.–Yo soy la cabecilla señor Uzcátegui,  me llamo Guanta Chacón, yo los organicé junto con el sindicato para parar la fábrica, exigimos nuestros derechos, lo que por ley nos corresponde y esta empresa no lo está cumpliendo– hablaba pausadamente pero firme.



Coño, que buena está esta tipa, ¿desde cuándo trabajará aquí que no la había visto?–pensaba Tabay. –Ok, ¿usted qué hace en la empresa, desde cuando trabaja aquí?– habló con indiferencia. –Trabajo en el área de armado y pegamento, llevo 15 años en la empresa y durante 13 años no habíamos tenido ningún tipo de problema en cuanto a beneficios para los empleados y obreros. Estos últimos 2 años han empezado los problemas y fallas a todo nivel–. Seguía hablando pausado y firme.



Muy bien, como comprenderán soy una persona muy ocupada y no sólo tengo esta empresa, normalmente de estos asuntos domésticos se encargan los Gerentes de esta empresa y Recursos Humanos pero ya que estoy aquí voy a sentarme a conversar largo y tendido con usted y sólo con usted, la vocera. Luego el sindicato se reunirá con Recursos Humanos, pero de momento quiero reunirme con usted para saber que pasa. –A esta me la cojo, porque sí, que buena está la perra–.



Tabay estaba en su amplia oficina, llena de lujo por donde se viera. Esperaba a Guanta, que en ese momento tocaba la puerta. –Adelante, por favor cierra la puerta y siéntate en el sofá– Le dijo con una amplia sonrisa y de manera cariñosa.





–Señor Uzcátegui, nosotros sólo pedimos que cumplan con lo que nos prom…–Un momento, un momento Guanta-la interrumpió colocándole una mano en su hombro.–No me vengas con quejas preciosa, tú levanta la huelga, seguimos trabajando y aquí no ha pasado nada–. –Eso no lo puedo hacer, ellos están dispuestos a todo, hasta ir a Tribunales, Ministerio del Trabajo, lo que sea–.



–Vamos a aclararte las cosas preciosa, eres muy guapa para ser revoltosa, mi primo es el Ministro de Trabajo ok, si tú no me levantas esta huelga mañana están botados de esta empresa, la cierro y me encargo de que ninguno consiga trabajo en este país, ¿te quedó claro? Aquí el del dinero soy yo y yo decido.



Guanta comenzó a ponerse nerviosa. –Señor Uzcategui, usted no puede hacer eso, son 120 personas que quedan sin empleo y tienen familia. Y hasta yo, soy madre soltera, tengo 5 hijos, no tengo a nadie quien me ayude y me apoye, por favor, yo sé que podemos llegar a un acuerdo favorable para ambas partes–.



–¿Y por qué crees tú que a mi me puede interesar tus problemas?– Se levantó del sofá–Yo no tengo la culpa que le abras las piernas a todos los machos que metes en tu cama y te monten una barriga– Guanta se levantó y le cruzó la cara con una fuerte cachetada –Usted no me va a venir a ofender por muy dueño de esta empresa–Tú te vas de esta vaina y no vas a recibir ni un centavo, tu liquidación de 15 años no la vas a ver–Tabay lo dijo con el odio en su mirada.



Guanta rompió a llorar y se arrodilló.– Por favor señor Tabay no lo haga, tengo 5 hijos que mantener, mi mamá está enferma y no tengo a más nadie, si me botan no sé dónde voy a trabajar–Su humillación rozaba lo insospechado cuando arrodillada bajo la cabeza hasta el piso rogando que no cerrara la empresa. Seguía llorando.



Tabay se bajó la bragueta y sacó su pene que ya estaba erecto. –Hay una manera de que yo no cierre esta empresa y le de lo que pide la cuerda de marginales que tienes de compañeros–Guanta levantó la mirada y se encontró con el pene de su jefe casi en su cara, cuando intentó levantarse Tabay la detuvo. –Eh eh eh, quieta ahí preciosa, hazme feliz y mámate esta verga y con eso bastará para que yo les de todo lo que piden y más.



Guanta tenía los ojos abiertos más de lo normal y era el momento de decidir. Si quedarse sin empleo y sin dinero pero digna y orgullosa de no caer en propuestas indecorosas o agachar la cabeza y ahogar el orgullo en el fondo de su alma.

–Tus cinco hijos son de 4 hombres distintos preciosa, que más te dá otro guebo en tu lista. Mámalo y vas a tener lo que quieras–.

sábado, 6 de abril de 2013

TRIPLE EQUIS. Los amigos de mis amigos son mis amigos.

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Era viernes en la noche, reunido con un grupo de amigos conversando, pasando el rato; en eso llegó otro amigo acompañado de un muchacho, desde que lo vi me impactó; moreno, delgado, de mi estatura. Era guapo, velludo y con barba. Sentí coo un escalofrío, no se si se notó mi emoción frente a los demás pero me controlé.
Gonzalo, el ultimo que llegó nos los presentó a todos, le estreché su mano y lo iré fijo a los ojos y manteniendo el apretón unos Segundo más, pero él ni se inmutó. La velada seguía y yo no perdía oportunidad para hablar con el moreno. Al día siguiente iríamos varios d ela reunion a la piscina de un hotel así que esa noche nos despedimos y quedamos en vernos en el hotel temprano. Cuando llegué ya la mayoría de los muchachos estaban allí, mi sorpresa fue ver al Moreno ahí también, me dijo que Gonzalo lo invitó, ¡qué bien!, contesté, y lo invité para ir al vestuario a cambiarnos para tirarnos a tomar sol o entrar a la piscina. Mi único deseo era poder ver su cuerpo desnudo, solo de pensarlo se me paraba el guevo.
Entramos al vestuario, y ahí estaban todos, algunos sin camisa, otros en ropa interior, me coloqué de tal forma que él quedara a mi lado. Cuando se quitó la camiseta que tenía puesta, casi se me va la respiración, tenía un pecho muy bien formado, con un caminito de pelos que bajaba hasta done comienza la gloria. Mi erección fue casi evidente, como pude di la espalda a todos, excepto a él, me quité mi franela y la coloque frente a mi en la entrepierna para ocultar el bulto y me senté en la banca para quitarme los zapatos, pensando que nadie me había visto.
Aquel Moreno comenzó a quitarse el pantalón, tenía un interior diminuto blanco, su pene y bolas se marcaban deliciosamente. Ganas no me faltaban de brincarle encima, pero me contuve, él notó mi mirada y rápidamente se tapó con la toalla y se puso el Bermuda como pudo sin que se le viera nada. Luego de un rato de estar jodiendo dentro de la piscina, Gonzalo me preguntó si Pedro (el moreno) podría quedarse en mi casa, ya que él tenía que salir con su familia a la playa, y Pedro se regresaba hasta el día siguiente por lo que necesitaba donde pasar la noche. Yo por supuesto le dije que sí, llamó a Pedro para contarle y me agradeció el gesto.
Ya en la tarde le dije a Pedro, que nos fuéramos así como estábamos y que en la casa nos podíamos bañar, para dormir limpios. Llegamos a la casa, le enseñé mi cuarto y el baño , que está dentro del cuarto, y le dije que se sintiera cómodo. Cerré la puerta de mi cuarto para que nadie pudiera entrar, le mostré el baño; él entró y cerró la puerta.
Esperé escuchar la ducha para entrar con cuidado al baño.  Entré, cerre con cuidado la puerta y al voltear se asustó al verme ahí parado, la ducha era con vidrio templado. Sus piernas eran delgadas, pero fuertes, muy peluditas, sus nalgas eran pequeñas, pero muy bien formadas también cubiertas de pelo negro y su espalda era amplia y bronceada. Su pene en reposo, su pecho y rostro, me estaba volviendo loco. Abrió la puerta de la ducha y comenzó a sobar su pene y a acariciarse el pecho. El verlo mientras se masturbaba, logró que mi pene comenzara a lubricar, yo me encontraba completamente desnudo observando tal espectáculo. Comenzó a sonreirse de manera pícara y entendí la invitación que me estaba haciendo.
Rápidamente me acerqué, me incliné tomé su verga con mi mano y la introduje en mi boca, era gruesa y cabía completamente en mi boca, mientras tanto con mi otra mano acariciaba sus bolas y nalgas. ¡Que delicia! Él acariciaba mi cabello y gemía de placer. Yo sentía como mi pene lubricaba sin parar, luego él me tomó de la barbilla pidiéndome que me pusiera de pie, me dio un apasionado beso mientras con sus brazos acercaba nuestros tibios y húmedos cuerpos, quedamos totalmente pegados uno del otro, podía sentir sus palpitaciones, nuestros penes se juntaron, nos acariciábamos las espaldas, las nalgas, mientras nos besábamos una y otra y otra vez. Luego él se agachó y comenzó a mamar mi verga, lo hacía como todo un profesional, ¡que rico! Gemía yo, experimentando el mayor de los placeres.
-Quiero sentir, tu verga en mi culo- le dije. Me puse en cuatro en el baño, mostrándole todo mi culo, comenzó a mamarlo, su lengua entraba en mi agujero, yo movía mi cintura y jadeaba, eso lo excitaba aún más. Introdujo sus dedos delicadamente para ir dilatando mi ano, yo ya no podía más, puso la cabeza de su pene en mi culo, y lentamente fue metiendo cada centímetro de su gruesa verga, sus movimientos eran sumamente deliciosos, yo le apretaba la verga con mi culo, eso lo volvía loco.
Me lo metió una y otra y otra vez, me di la vuelta y quede de espaldas al piso, mis piernas entrelazaron su cuello, mi verga estaba a punto de reventar de placer, me la acariciaba mientras yo le tocaba el pecho y pellizcaba sus tetillas. Todo era tan excitante que ya no podía más, -Quiero llenarte el culo de leche-, me dijo. Di un gemido de placer y le dije, ya me voy a venir, sin necesidad de masturbarme, commence a derramar leche blanca y caliente, mucha, llenando mi pecho, inmediatamente y como conectados uno del otro, él también acabó pero a borbotones, sentía que nunca iba a terminar de botar leche, mientras con su mano tomaba la leche de mi pecho y la ponía en su boca; me incorporó y me dio un beso disfrutando de nuestro semen. Luego del beso caimos los dos en el piso y ahí nos quedamos dormidos por un buen rato. Esa noche casi no dormimos, pues pasamos tirando el resto de las horas.

miércoles, 3 de abril de 2013

PECADO CAPITAL. Temporada 1: Envidia

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Uno a uno fue derramando su semen entre la cara y el pecho de Tobago, pero antes que finalizara el show, el hombre que entró de repente al vapor, lo jaló del brazo poniéndolo en pie, lo alzó y se lo montó en el hombre como quien carga una res.


–Ahora vas a sabé cómo es que tira un macho de verdad carajito, tienes una cara de menor, pero igual vas a llevá palo–le dijo el malandro que se lo llevó. 1.80, musculoso, cicatrices en todo el cuerpo y el pelo con un corte tipo meseta con la mitad de la cabeza para bajo sin cabello.



Entraron a la precaria cabina privada que tenía el hombre, lo lanzó en la cama de cemento, lo puso boca abajo y sin decir nada lo penetró hasta el fondo. Un pene grueso de 23 cms invadió su cuerpo que lo hizo retorcerse del dolor.  –Aaaaau me duele coño–gritaba el jovén pero a pesar de su queja e malandro lo garro del pelo y lo empujó hacia él, hacienda que el pene lo tuviera totalmente adentro. A partir de ese momento le dió con todas sus fuerzas. Lo violó.



El malandro no se apartó del muchacho, de hecho le dió la cola a su casa en su moto. –Ahora sé donde vives menor, vas a ser mi mujercita cuando tenga ganas de culo, y que no me entere que otro te monta, porque lo mato y a tit e va a ir peor–. Tobago se bajó de la moto y el malandro lo agro del pelo y le plantó un beso. –Me llamo Coromoto carajito, grabate ese nombre, porque voy a ser tu macho–.



***

Comenzaba una nueva semana y los gemelos se iban como siempre en el colectivo rumbo a su colegio. Tobago todavía adolorido y asustado por lo de ayer. Trinidad tranquilo pero pensando que a su igual le pasaba algo y algo malo. Lo abrazó y le dijo –Hermanito pase lo que pase sabes que cuentas conmigo, somos tu y yo, nos tenemos a los dos para cuidarnos– y le dió un beso en el cachete.



Trinidad como su hermano son homosexuales pero él tiene otra inquietud. Se siente mujer, desde pequeño. Siempre se colocaba los vestidos de su madre o los de su hermanita y se pintaba la boca con algunos cosméticos que había en casa y así salía a la calle hasta que su padre lo descubría y le daba correazos hasta el llanto. Esos episodios han hecho que se reprima mucho pero carga su cruz en silencio. Odia a las mujeres porque él no tiene lo que tienen ellas y es lo que más desea.



Desde hace 3 años ahorra de su mesada para algún día operarse para “ponerme tetas y un coño entre las piernas que es lo que quiero”. Su rabia llega al punto de la violencia hacia sus compañeras del colegio, estudien con él o no.



Llegó la hora del recreo, el colegio era un bullicio y un hervidero de alumnus corriendo hacia la cantina, los baños y ricones ocultos donde poder fumar o desatar las hormonas.



En uno de esos lugares ocultos estaban dos jovencitos comiéndose a besos mientras sus manos jugaban entre sus entrpiernas. Una mano del muchacho bajaba las bragas de la niña y con la otra liberaba a su amigo de la bragueta que lo separaba de aquella gloria. Trinidad los veía a una distancia perfecta para detallar la escena. Él solo se fijaba en la vagina de aquella niña, se mordía los labios de la rabia de solo pensar que si tuviera una de esas ese niño “me podría coger a mi”.



Se fijó en su cara para no olvidarse de ella. –Esa es de 4to año B–pensó. Se quedó ahí esperando que iban a hacer pero sonó el timbre para retornar a las aulas. Ella no se fue a su salón, se fue al baño pero antes le dijo a una compañera que le dijera a la profesora. Trinidad esperó que el recreo quedara completamente solo y se fue al baño de damas. Buscó un trapo negro para taparse la cara y se puso una chemise azul que consiguió en un salón abandonado para que ella no lo reconociera.



La muchacha estaba en uno de los cubículos, él cerró la puerta del baño con cuidado, esperó a un lado hasta que saliera. Apenas ella abrió la puerta el puño de Trinidad fue directo a la cara de ella lo que hizo que cayera al piso. Aprovechó y se le fue encima golpeándola –¡Maldita perra! ¿Cómo te atreves a follar?, ¡puerca!– y seguía golpeándola a pesar que ella ya no estaba poniendo Resistencia. Se detuvo al ver sangre en toda la cara de la muchacha. Le dió una patada entre las piernas.



La volvió a meter en el cubículo y trance el cerrojo. Se limpió las manos y la cara, botó la chemise y el trapo en un pipote que estaba afuera en una esquina y se colocó su chemise beige. El corazón le palpitaba a mil por hora más por la emoción de la golpiza que porque lo descubrieran.


–¿Usted que hace a esta hora fuera de clases y en el baño jovencito?– Le gritó la directora.