miércoles, 31 de julio de 2013

PECADO CAPITAL 4. Pereza


Coro estaba con sus dos hijos hablando en el coche. –Hijos…yo sé que no he sido un buen padre, me separé de su madre cuando se enteró de la peor manera que soy gay, cuando debí decírselo desde hace mucho. Y bueno, ahora me entero que mi pareja es el novio de su mamá, algo que me tiene abrumado y confundido, pero bueno, creo que me lo merezco. Y tú Macuto quiero decirte que por errores de la vida y la mente retorcida de Tabay…terminé…teniendo sexo…con…tu hermana…pero no lo supe hasta que pasó un buen rato–¿Queeeeeé? Papá…!pero tú eres un sucio vicioso! Con tu propia hija jejejejee ¿y tú no dices nada hermanita?–Catia permanecía con la cabeza agachada entre avergonzada y con fastidio de estar metida en la conversación.



–Bueno ya que estamos en una de confesiones, les cuento que Tabay me intentó coger a mi pero lo interrumpió mi madre cuando lo llamó estando todos en casa jeje. Ese tipo es una basura, ah y mi hermanita es una de sus tantas amantes como ya debes saber papá ya que te la cogiste estando con Tabay…–No quiero que su madre se entere de lo que pasó, esto va a quedar entre nosotros por favor, hija no me odies, yo no quería hacerte esto–Ay papá…ya lo hecho, hecho está–Coro se acercó a Catia y le dió un beso en la boca y en apenas dos segundos, Catia abrio sus labios y Coro metió su lengua. Su mano se deslizó por la entrepierna de su hija. Macuto se sonrió y aprovechó para bajarse, –Bueno yo me voy, tengo cosas que hacer, no pienso quedarme a ver sus guarradas– Catia y su padre no se molestaron en contestarle a Macuto.



***

Macuto regresaba a su piso para encontrarse con Coromoto que lo esperaba para pagarle el favor. –Llegué–dijo Macuto –Vente papá vamos pa un depósito donde no va naiden y ahí te doy lo tuyo–le dijo Coromoto con tono morboso.

Entraron al depósito, estaba sin luz pero por una pequeña ventana entraba algo de claridad de la calle, olía a humedad y sucio.  Macuto comenzó a quitarse la ropa hasta quedar desnudo, Coromoto solo se bajó os pantalones–Tírate al piso boca abajo–Macuto se acostó en el piso, con la poca luz que había pudo ver que en el piso habían un par de condones usados y los sobresitos donde vienen, abiertos. “Esto es un tiradero, que asco” pensó.

Coromoto se agacho, se puso de rodillas y las agarró las nalgas, con sus manos las apretó; firmes pero esponjosas, blancas y lampiñas. La piel de aquellos glúteos estaba lisa.–Uf que culo tan rico tienes papá–Abrió las nalgas y comenzó a jugar con su ano, se mojaba un dedo con saliva y lo introducía. Dejaba que la saliva saliera de su boca y cayera irecto al ano de Macuto y comenzaba a meterle dos dedos y luego tres…





Coro acompañó a su hija hasta el apartamento, –Yo subo contigo y aprovecho y voy al baño, ¿tu mama estará?–No creo, a esta hora nunca llega–Entraron. Coro subió las escaleras y fue al dormitorio de África, Caia fue a la cocina tomó un frasco de pastillas de valeriana y sacó cuatro pastillas, buscó un vaso con agua y se las tragó.

Su padre seguía en el baño revisando que había y se puso a orinar, se desabotonó el pantalón y lo dejó caer junto con el interior. Sus nalgas velludas quedaron expuestas a la mitad pues la camisa tapaban una parte. Catia subió y entró al cuarto, la puerta del baño estaba abierta y vio a su papá orinar y jugando con su pene.

–¿Terminaste?–Voy, espérame en el cuarto–con un empujón Coro cerró la puerta. Catia se acostó en la cama de su mamá a esperar y se quedó dormida. Abrió la puerta del baño, se había quitado los pantalones y tenía el pene erecto. Se fue directo a la cama.

Se sentó encima de sus piernas luego de separar las de su hija y quedar frente a su trasero. Le levantó la falda y dejó a la vista una pantaleta blanca y comenzó a acariciarle las nalgas hasta que le quitó la pantaleta y sigió acariciándola. Catia no se movía. Coro mojó uno de sus dedos dentro de su boca y lo introdujo en el ano de su hija. Sus ojos estaban clavados entre las nalgas de su hija, los vellos de su nuca y espalda los tenía erizados. Tener a su hija ahí expuesta le producía el mayor de los morbos.

Soltó una cantidad considerable de saliva en el ano de su hija e introdujo dos dedos y luego tres…



Ya tenía cuatro dedos adentro y Coromoto comenzó a darle vueltas a su mano, Macuto emitía unos suaves gemidos. –Ahora quédate quietico que papá va cogerte y bien duro– Separó lo más que pudo las nalgas y metió de un tirón sus 23 centímetros. Macuto hizo un ligero movimiento por la penetración pero se volvió a quedar quieto. Volvió a gemir.



Le separó las suaves nalgas y comenzó a a introducir su pene. –Quédate quieta que papá va penetrarte–deslizó su miembro hasta el fondo lo que provocó un gemido de Catia y se aferrara a la almohada que tenía cerca. Gimió



Se acostó completamente sobre su cuerpo y comenzó a moverse, rápido y fuerte. Coro hacía lo mismo varios kilometros más allá de ellos. Los hermanos estaban siendo penetrados en el mismo momento. Ambos no paraban de moverse sobre los cuerpos dominados, los tomaron por los hombros y se aferraban aún más. Los hermanos gemían y se estremecían sin posibilidades de moverse. –No te muevas y disfruta–ambos le habalban al oído a sus respectivos sumisos.



Sus penes entraban y salían de esos cuerpos con facilidad gracias a la excesiva lubricación, sus nalgas humedecidas recibían las embestidas de aquellos hombres deseosos de sexo. Los hermanos se aferrabna a lo que tenían a mano, próximos a llegar al climax, a un orgasmo inminente, sus cuerpos erizados por la excitación, hasta que llegó el momento.



Ambos sin tocarse, sin estar juntos, separados por muchas cuadras, se corrieron. Macutó derramó su semen con su pene aprisionado al piso, soltó enormes chorros que mojaron sus piernas. Catia, erizada, con su abundante flujo humedeció las sábanas de su madre. Ambos gritaron de placer. Coro y Coromoto acabaron a la vez, dentro de cada uno de ellos. Un grito fuerte y grave se escuchó salir de ambos sementales.

lunes, 29 de julio de 2013

PECADO CAPITAL 4. Lujuria


–Tengo un hermano gemelo, somos idénticos y me imagino que ese cura se tiró a mi hermano o le mamó el guevo, no sé. ¿Pero tú pa qué le pegas un tiro?–No se, ando con la adrenalina a millón, venía de matar a tres personas y quería seguir disparando jejeje. Vamos, ve a buscar tus vainas que nos vamos–.



***
Tabay estaba en su oficina de la importadora licorera y con él Catia que estaba estudiando. Se levanta de su asiento y se acerca a Catia. –Mámalo, quiero verte como lo haces mi hembrita–Catia sentada comienza a lamer el penemientras Tabay le acaricia la cabeza. En su mente estaba la imagen de Guanta, no puede sacarla de sus pensamientos.

Catia comenzó a quitarse el uniforme dispuesta a tener sexo ahí mismo. –¿Supiste que tú papá te cogió la otra vez?–Catia se detuvo, miró a Tabay a los ojos, –¿Era mi papá? Supe que él me llevó a casa pero no pensé que hubiera sido…él…el que me cogió o violó–Sigue mamando ya pasó y lo disfrutaste así que tranquila–.

Coro iba llegando a la torre de la importadora, lo registraron en recepción, lo anunciaron en el piso 16 y subió. –Adelante señor, lo están esperando–. Coro abre la puerta y al entrar se encuentra al fondo a su hija sentada con su cara metida en la entrepierna de Tabay. –¡Eres un desgraciado! Coro agarra por el cuello de la camisa a Tabay, lo voltea y le da un golpe en la cara. –¡Vete de aquí Catia!–Tabay es mi novio papá–No seas pendeja que este no es novio de nadie, lo que tiene son amantes hombres y mujeres, espérame en planta baja y no protestes que tengo que hablar con este–.

Se quedaron solos y comenzó a hablar Coro. Lo empujó a la pared. –¡Eres un enfermo, poner a mi propia hija a que me la coja, eres un madito enfermo! Te voy a matar– le volvió a dar otro golpe. Tabay le detuvo el segundo golpe y lo agarró del cuello. –¿Qué carajo vienes a reclamarme tú ahora después de varios días que pasó eso? ¿Quién es más enfermo? Además, si estás tan jodidamente dolido y asqueado con lo que pasó, ¿por qué viniste hoy con unas pantaletas y un liguero puesto? Eres una perra que lo que quieres es que te coja.

Coromoto llegaba a la torre con Tobago. –Vamos a ver que te consigo mi putico, pero de que trabajas aquí, trabajas. Cuéntame eso que tienes un hermano gemelo, ¿es igualito a ti? ¿Da culo? Preséntamelo y me lo cojo a los dos.–Me dijo que en dos días se va a Colombia en secreto, no sé por cuanto tiempo, ayer me  dijo que le hiciera una maleta y se la bajara fue todo un peo, el está internado en un reclusorio y se escapó–Bueno cuando regrese me cojo a los hermanitos jeje, vente papá, vamos a enchufarte en la empresa.

Macuto, el encargado de dar el sí para que entrara Tobago, dio su aprobación. –Vas a ser el mensajero interno de la empresa, trabajarás en los pisos del 12 al 16, sueldo mínimo más beneficios de ley y dependiendo del desempeño se te dará más responsabilidades y mejor sueldo. Pasa por Recursos Humanos para formalizar tu ingreso.–¿Pero voy ya?–Si, si, de una vez–. Tobago se va al piso 5 a entregar los documenos.
–¿De verdad este chamo tiene 18 años?–Si mi panita, todo legal papá, tan legal como que ya te voy a pagar el favor.

Tabay le colocó el antebrazo en el cuello a Coro y con la otra mano le bajó los pantalones. –Mira que tenemos aquí, un hilo rojo de encaje, que puta eres mi oso– volteó a Coro, le separó las nalgas, escupió su pene e introdujo el pene. Lo penetró hasta el fondo y le dijo al oído –¿Verdad que te dió morbo tirarte a tu hija? Te encantaría repetir, dímelo anda dime que te excitó eso–Iba dándole empujones fuertes y repetidos. –Sí, sabes que sí. Me gustó, pero más me gusta AAHHH, como me coges tú papi–.

Tabay siguió penetrando a Coro parados y pegados a la pared. –Mastúrbate–le dijo, cuando comenzó a hacerlo, retiró su pene y se subió el pantalón. –Ahora vete que tengo trabajo–. Coro quedó con ganas de seguir pero Tabay ya lo estaba botando de la oficina. –Vamos, vamos vete, nos vemos en la noche, arranca–.

Coro salió de la oficina molesto y aún con el pene erecto. Se fue al ascensor, al abrirse las puertas se consigue a Macuto, su hijo y a Coromoto. –Papá, ¿qué haces aquí?–Visitando a un amigo, bueno al dueño de esta empresa–“Ay vale, este como que se tira al Tabay jejeje tá como cogible el papá de la loca esta” pensaba Coromoto. –Tú hermana está abajo, ven conmigo pa que la veas y me la llevo–¿Y qué hace Catia aquí? “mmmm ya ya, Tabay se la coge” razonaba en su cabeza Macuto. –Luego te cuento…a solas–Tranquilo el mío, que yo me arranco y luego me veo con mi jefe de nuevo– Le extendió la mano a Coro y con su dedo le rascó la palma, Coromoto le picó el ojo.

miércoles, 24 de julio de 2013

PECADO CAPITAL 4. Ira


Potro alzó a Tabay y lo montó en su hombro, Guanta ayudó a África a levantarse. Montados en la camioneta, Potro los llevó a la clínica propiedad de Tabay donde a ambos los atendieron.



Dos días después África era atendida en su casa por sus hijos, aunque de mala gana pero no les quedó más remedio.  Guanta estaba en el apartamento de Tabay. –Esta no te la perdono, ¿Ahora te metiste a lesbiana? Le reclamaba a ella. –No me reclames mi amor que tú estabas de novio con ella y no me lo habías dicho, yo tengo tiempo conociendo a África, y si, me gusta ella ¿qué importa? Tú no eres un santo pero eres mi macho y eso no va a cambiar–Le agarró con fuerza el pene y comenzó a hacerle sexo oral. Tabay olvidó todo por unos instantes. Guanta lo tenía dominado.



***

–Bueno papasito usted ya sabe lo que tiene que hacer, quiero algo bien hecho, limpio, como te enseñe–Hablaba Orinoco con Federico. –Así será padrino jejeje–No me digas padrino, eso déjalo para lo legal, soy tu jefe carajito–Si, si ya, bueno me voy con Trinidad a su casa para que busque sus vainas y luego a hacer lo nuestro–¿Llevas el arma?–Sí–.



Se consiguió con Trinidad en la plaza O’leary par air de ahí a casa de este. –Vamos a agarrar el metro aquí son 5 estaciones–¿Tas loco?–le dijo Federico–Nos vamos en carro, ven acá–. Buscaron un carro no muy llamativo, Federico hizo dos maniobras en la puerta y la abrió–Bingo, sin alarma, ve a la otra puerta–partió lasuichera y encendió el carro. Arrancaron rumbo a la Cota 905.



Llegaron a la zona y Federico estacionó el carro. –Yo te dejo aquí y te recojo más tarde por aquí también, me avisas por mensaje, yo tengo un asunto pendiente– Trinidad se bajó del coche y comenzó un torrencial aguacero. Cerca de ahí estaba la iglesia y entró para esperaa que pasara la tormenta. Federico arrancó a toda velocidad.



Atabapo terminó la misa y fue a retirarse a la sacristy cuando comenzó la lluvia, la gente que pudo salió de la iglesia, otras se quedaron a esperar que escampara. Una mujer salió corriendo hacia la parte de atrás de la iglesia buscando al cura. –¿Padre, se acuerda de mi? soy la mamá de Iris, la niña que jugó con usted la otra vez ¿se acuerda?–Sí claro, ¿cómo está usted y la niña?–Bien padre, ella está con su papá ahora–¿En que la puedo ayudar señora?–Dime, Flavia. Vine a jugar contigo ahora–¿Perdón?_Lo que oiste padresito, quiero que juguemos los dos– mientras hablaba se desabotonaba la blusa–Lo siento, pero creo está equivocada señora, le voy a pedir que se retire–.



–¿Me vas a botar de aquí? Yo lo pensaría antes de hacer eso…puedo contar en el barrio lo que haces con los niños de la zona y bueno con mi hija también, que no es mi hija es de mi marido, así que poco me importa lo que hagas con ella. Lo que quiero es hacer contigo lo que haces con esos niños–Le apretó el pene por encima de la sotana. Se quitó la sotana y quedó en unos shorts de trotar y una franelilla–se disponía a correr luego de la misa–Le bajó de un tirón la falda a Flavia, le rompió las pantaletas y se bajó el short. La tumbo boca arriba en el escritorio y la penetró. Con cada empujón que le daba ella gemía, –¿Me vas a denunciar?_Volvía a empujar más duro, una penetración profunda. La agarró del cabello y le dió con más fuerza. –¿Ah, vas a abrir tu boca y contar qué?, si no teienes pruebas de nada–Volvía a empujar. Flavia comenzó a gemir con más fuerza, estaba teniendo un orgasm que la estremeció y comenzó a gritar, Atabapo le tapó la boca, volvió a sacudirle un par de veces más y se corrió dentro de ella. –Lárgate, esto era lo que querías, ya te cogí, ahora vete–.



Federico llegaba a su casa, ya era de noche, no muy tarde pero ya todos dormían, pues al día siguiente era día de trabajo y estudio. Entró al apartamento con mucho cuidaddo y sin encender las luces, se fue hasta el cuarto principal, abrió la puerta y encendió la luz. –Papá, mamá, estoy de regreso– La madre se incorporó en la cama, vio a su hijo y este le disparó un tiro certero en la cabeza, su padre se despertó y también recibió otro disparo. Ambos quedaron tendidos en la cama tiñendo las sábanas blancas de un rojo intenso.



Se acercó a los cuerpos y sin tocar nada, les dio un beso a cada uno en la mejilla. –Adiós, pronto seré dueño de todo esto y de tu empresa– Orinoco al ser el padrino de bautizo de Federico se haría cargo de él por ser menor de edad y es, como lo había decidido el padre, el abogado, administrador y albacea universal de su fortuna, hasta que cumpliera la mayoría de edad su hijo.

Federico se fue directo al otro cuarto, el de su Hermana, dos años mayor que él. “Te tengo que matar porque necesito ser el heredero universal de todo esto hermanita” pensaba Federico mientras apuntaba a la cabeza de su Hermana.



Salió del edificio igual como entró, oculto sin que lo viera nadie y sin levantar sospechas. “Mañana regreso a la carcel y como si nada”. –Dónde coño estará La negra esta que no me llama, me voy directo al barrio– “Estoy en la iglesia aún, aquí llueve mucho, no he podido moverme” decía Trinidad por el celular–Ok, te busco y vamos pa tu casa–.

Mientras esperaba a Federico decidió entrar a la iglesia, se persignó y fue a sentarse en los asientos cercanos al altar. En eso ve salir al cura, queda impactado por la belleza y cuerpo de este. Se pone nervioso al ver que se acerca a él con demasiada confianza.

–Ah caramba negrito volviste, ¿quieres repetir?–¿Repetir? No, yo, yo espero a alguien–Vente espéralo allá atrás, así me bajas el queso que tengo–Trinidad no entendía nada, estaba impactado del cura que había en su barrio.



Atabapo volvió a quitarse la sotana, se bajó el short y agachó a Trinidad para que le realizara otra felación como aquella vez. –Dale Tobago, trágatelo que luego te quiero coger, la otra vez no puede–¿Tobago? “Me está confundiendo con mi hermano, ¡ya se lo tiró!”. Pensaba Trinidad mientras estaba concentrado en el pene que tenía en su boca. –Coño, pero lo estás mamando mejor que la otra vez carajito…uuuf sigue que ahora te voy a coger–Atabapo lo tenía aprisionado contra su entrepierna.



Federico luego de estar en un congestionamiento vehicular llegaba al barrio y estaciona cerca de la iglesia, ya no llovía. Tomó el arma se la colocó en la parte de atrás del pantalón y entró a la iglesia. Atabapo tomó del brazo a Trinidad y lo apoyó a la pared, se escupió varias veces la mano y se la pasó  entre las nalgas al muchacho. Le abrió las nalgas y deslizó su pene hasta sentirlo completamente adentro. Pasaron pocos segundos cuando se abre la puerta de la sacristía. Entra Federico. Se saca el arma del pantalón y apunta. –Curita, es mejor que dejes quieto al chamo, vente Trinidad, sal de ahí–Atabapo, se voltea de repente y Trinidad se suelta y se viene donde Federico. –¿Trinidad? ¿Tú no te llamas Tobago? Baja el arma chamín–.


Federico lo sigue apuntando, baja un poco el arma y le dispara en la pierna. –Vámonos que tenemos que ir a tu casa. Luego me explicas quien es Tobago, ¿tienes un gemelo?.

viernes, 12 de julio de 2013

PECADO CAPITAL 3. Avaricia FINAL DE TEMPORADA

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Los cuatro se fueron a casa de Orinoco, donde tenía una habitación repleta de cualquier aparato, juguete y articulo para el disfrute sexual pleno.

–Ven acá Trinidad móntate en este columpio, vamos a divertirnos–Trinidad sntió una puntada en el ano sólo de pensar lo que le venía en unos minutos.



–Me lo cojo yo primero que tengo que irme– Dijo Tabay. Lo alzaron, le amarraron las piernas hacia arriba y los brazos atrás. –Este culo aguanta, esta negra llevó guevo seguido de cpor lo menos 30 carajitos en el reclusorio, te aconsejo que te pongas condón si no quieres llevarte un regalito venéreo jejejje– Le decía Federico, La Jefa.

Tabay se acercó a Trinidad y comenzó a jugar con los dedos en el ano de Trinidad, lo escupió un par de veces e introdujo su pene, un ligero gemido salió de Trinidad.–No hagas que te duele que ya tu estas corrida negrita– le decía Federico.



Orinoco se fue hacia la cara de Trinidad y le introdujo su pene en la boca, este comenzó a mover su lengua alrededor del grueso pero no tan grande pene de Orinoco, y no habían pasado ni 15 segundos y se vino en la boca del joven. –¡El coño de la madre!– gritó Orinoco –Me hiciste acabar rápido negro de mierda– “¿Te hizo? No joda, eres tú que no retienes las ganas, ya estás viejo Orinoco, jejejje” pensaba Federico.



Orinoco desató a Trinidad de las cadenas y lo bajó del columpio. –¡Pero ya va que no he terminado con este culo!_se quejaba Tabay que quedó sorprendido por la actitud de Orinoco. Este lanzó al piso al chamo y comenzó a darle fuertes cachetadas sin parar en la cara. – ¡No vuelvas a hacerme estoa negro de mierda! Me hiciste acabar maldito.– cachetadas iban y venían mientras  Orinoco estaba sentado en el pecho de Trinidad.



–Echáte para adelante pa cogerme a este mientras le pegas– Orinoco se movió y Tabay volvió a penetrarlo. –Este negro travesti no sabe con quien se metió, TE VA ASALIR CARA LA OPERACIÓN marginal.– Se levantó y jaló de los pelos a Trinidad hasta levantarlo y lanzarlo en el sofá. –Cógetelo mientras yo los grabo–Le dijo a Tabay.

 Federico tomó una de las armas del capo y le introdujo el cañon a Trinidad en la boca.



–¿Le vuelo los cesos a esta negra?– Dale mátalo mientras me lo cojo así me aprieta el culo con el impacto– Orinoco grabando el acto, Federico apretó el gatillo, Trinidad apretó sus esfínteres.

***

Guanta estaba visitando en su casa a África. A pesar d ela negativa de esta, por la golpiza que había recibido el día anterior, Guanta insistió y la ayudó a curarle las heridas. África le contó todo a Guanta, “miserable, pero África eres parte de mi venganza y saldrás perjudicada pero luego me lo agradeceras” pensó Guanta.

En la casa se encontraba Catia, estaba en su cuarto, en la mañana la llevó su padre luego que ella se recuperara de la droga que le habían dado. “Te voy a joder Tabay esta me la pagas” habría dicho ese día  Coro mientras acostaba a su hija en la cama, que, colocándole la piyama, pasó la palama de su mano por la entrepierna de su hija. Coro se estremeció y dentro de su ropa interior comenzó a despertar su pene que iba humedeciendo el pantalón.



–Vamos a tomar otro vinito, ¿te queda?–Sí–Dime dónde está que ahora lo sirvo yo–Tranquila Guanta yo lo sirvo quédate aquí–. Guanta se sonrió, tomó el celular de África en su bolso y le envió un mensaje a Tabay: “mi amor perdóname, necesito que vengas a casa quiero hablar contigo, perdóname, te amo, ven, tú tienes llave, te espero.” Envió el mensaje y dejó el celular sin sonido. –Aquí están las copas, vamos a brindar– África se sentó al lado de Guanta, ambas bebieron un buen trago y se volvieron a servir vino.



Guanta se acercó aún más a África y le plantó un beso en la boca. Ella lo aceptó y se dejó llevar. Estuvieron un buen rato besándose, Guanta le metió la mano por la blusa y comenzó a tocarle los pechos, con una agilidad asombrosa, le desabrochó el sostén y dejó al descubierto unos pechos suaves, redondos, firmes. Comenzó a pasar su lengua por el pezón de África, ella se estremecía. Tomó su copa y derramó vino sobre los pechos de ella. Guanta comenzó a lamer cada gota de vino que corría por aqullos firmes pechos.



Tabay llegaba al edificio con dos escoltas. Potro estaba en la entrada de planta baja.      –Arriba está su otra mujer, Guanta, al parecer son amigas y se están poniendo muy amistosas– Le mostró el video por el iPad. En eso llegaba Macuto, –Caramba jefe ¿viene a ver a mi madre? Jejejeje– se saludaron. Subieron. –Te vas a sorprender cuando veas a tu mamá en casa– Le dijo Tabay a Macuto. Se escuchó el sonido de unas llaves abriendo la puerta pero ambas estaban concentradas en su juego lésbico. Tabay entró, cerró la puerta y se quedó observando a sus dos mujeres teniendo sexo.



–MACUTO VETE A TU CUARTO–Gritó Tabay–Ni de vaina yo me quedo aquí–Dijo él. –Mi amor, ¿tú aquí?– Macuto ve a tu cuarto– Que NOOOOOO–Ok– Agarró del cabello a África y la tiró al piso, y nuevamente como hace 24 horas comenzó a golpearla –Tú no aprendes perra,  no te bastó con tirarte al novio de tu hija y ahora te metes a lesbiana con esta mujer– “carajo mi mamá se sigue tirando a Falcón jajajaja y ahora con esta tipa que esta podrida de buena” pensaba Macuto sin mover ni un músculo para ayudar a su mamá–.


Un golpe tras otro iban y venían, mientras Tabay le gritaba groserías. –TABAY, DÉJALA, DÉJALA YA– Tabay se volteó y se detuvo –Bueno yo me voy a mi cuarto, tengo sueño– se despidió Macuto. Tabay volvió a voltearse y siguió golpeando a África. De repente recibió un fuerte golpe en la cabeza. Guanta lo golpeó con la botella de vino. Potro subió de inmediato. África tenía la cara cubierta de sangre, entre la suya y la de Tabay que salía de su cabeza.