sábado, 31 de mayo de 2014

TRIPLE EQUIS. Cuidado, obrero en la cama.

Cuando mi esposa y yo compramos la casa, antes de mudarnos le tenía que hacer unos arreglos como pintarla y otras cosas, ya habíamos llevado algunas cosas; la cama, cosas de la cocina, muebles, etc, casi todas las tardes mi mujer llegaba después del trabajo y nos traía, al obrero y a mi, comida y se sentaba con nosotros a hablar.


Ya teníamos tres días trabajando y esa tarde mi mujer llegó vestida diferente, un vestido corto y escotado mostraba gran parte de su cuerpo y el obrero la miraba con ojos de lujuria, ella se fue a hacer unas diligencias y no vendría hasta muy tarde, así que nos quedamos solos. Noté que el pene lo tenía parado, quizás pensando en lo que había visto o quién sabe.


Cuando ya casi terminábamos ese día, un pote de pintura le cayó encima al obrero, después de reirnos, él fue a darse una ducha y limpiarse, cuando terminó me pidió una toalla, abrí la puerta y no sé porque pero mis ojos se dirigieron a su pene y estaba medio parado, el notó que yo lo miraba, busque ropa mía para dársela, mientras él se secaba, yo no dejaba de pensar en lo que había visto y tenía curiosidad por saber que se sentiría ser penetrado, él se acercó a mí para que le entregara la ropa y veía como su pene se balanceaba, le había crecido más.



Cuando ya se vestía noté que aún tenía rastros de pintura en su espalda, tomé la toalla, se volteó y lo comencé limpiar, yo me estaba excitando y quizás de la emoción se me resbaló la toalla mientras lo limpiaba y con mis manos y le toqué su espalda y llegue hasta sus nalgas, el brincó al sentir mis manos y se volteó rápido quedando muy cerca el uno del otro, mi mirada se dirigió a su pene que ya estaba rígido.

–Quieres tocarla?, tócala–. Yo tragué saliva con dificultad pero estiré una mano y se la toqué suavemente, respirando fuerte, lo sentía bien grueso y caliente, le agarré las bolas, eran grandes, él me tomó de la nuca y me acercó para que le besara y chupara sus tetillas, mientras mi mano jugaba con su pene, el obrero puso presión en mi nuca para que fuera bajando y cuando estuve a unos centímetros de su pene, abrí la boca y me fui acercando, cerré  la boca para sentirla, me la fui metiendo hasta que sentía que no podía más, entonces el comenzó a moverse, me tomó de mis nalgas, me fui soltando el pantalón.



Fuimos caminado hacia la cama y mientras yo me desnudaba, él se jalaba su pene, me acosté a un lado y comencé a besarle sus tetillas hasta llegar a su pene, se lo volví a mamar y tomándome de la nuca para que no me lo sacara, sentía su pene palpitar y comenzó a soltar el chorro de semen, yo tragaba pero era tanta que no podía, el me acarciaba el culo, paré de mamarlo y viéndolo le dije. –¿Me quieres coger?–.



Me acosté y poniéndome de rodillas me abrí las nalgas, el llenó de saliva su pene y luego mi culo, con ganas esperaba la cogida, fue empujando con suavidad, yo trataba de relajarme pero la emoción no me dejaba. Cuando por fin entró el dolor fue grande, pero solo duró unos momentos, él lo sacaba para luego meterlo más adentro y así lo hizo hasta sentir sus bolas golpear mis nalgas.



Sin tocarme me vine, el siguió penetrándome, lo sacaba casi todo para metérmelo de un golpe hasta que se vino dentro de mí, al sentir su leche, me hizo apretar para exprimirlo todo, los dos caímos en la cama, él encima de mi. Luego, acostados uno al lado del otro sin decir nada, nos levantamos y nos metimos a la ducha juntos, yo le limpiaba su pene y poniéndome de rodillas se lo volví a mamar. Nos vestimos y salimos de la casa.


Al día siguiente nos saludamos sin hacer ningún comentario. Al final del día nos metimos a la ducha juntos para limpiarnos  y al salir nos fuimos directamente a la cama a tirar de nuevo.

sábado, 3 de mayo de 2014

TRIPLE EQUIS. Mi vecino casado.

La esposa de mi vecino se despedía de él ya que iba sola a pasar sus vacaciones en casa de sus padres en el interior. La despedida fue bastante con muchos besos,  muy fogosos con metidas de mano incluida, yo estaba llegando al edificio y entramos juntos, tomamos la escalera al segundo piso donde vivíamos ambos. Conversabamos y le había notado su pene marcado en el pantalón hacia el lado izquierdo de su entrepierna, estaba un poco excitado luego de la despedida.

Antes de entrar a nuestros apartamentos le saqué conversación y me dí cuenta que su entrepierna seguía abultada. Se le notaba un tamaño grande y grueso a pesar de que el pantalón le quedaba un poco holgado.


–Vecino, ¿será que usted me daría una mamada para quitarme esta excitación?
–Por mi encatado, ¿su apartamento o el mío?
Mi vecino es delgado y bajo de estatura, con unas nalgas redonditas y duras, un cuerpo bastante atractivo,  muy varonil y guapo.

–En el suyo mejor

–Pase vecino, adelante, está en su casa

Mientras iba a entrando le agarré su verga en el pantalón y pude sentir el grosor.
–Vaya que la tiene gruesa vecino, y bastante larga.
–Un poco nada más, jejeje.
Cerré la puerta y empezó a bajarse los pantalones y me dijo:
–Quiero decirle dos cosas, primero que espero que esto quede entre nosotros y segundo que es la primera vez que hago esto con un hombre.
–No se preocupe vecino, usted verá después si le gusta o no.

Le quité la camisa dejándole el boxer y empecé a morder suavemente su verga por encima del boxer, lo que empezó a excitarlo más
Se la sacó del boxer, una verga completamente lisa, sin venas, cabezona.

Comencé a mamarlo, primero suavemente que entrara a mi boca poco a poco hasta que logré que entraran los casi 22 cms, me pidió que no siguiera que ya estaba a punto de venirse y quería verme sin ropa.
Empecé a desnudarme frente a él, me puse de espaldas y me acariciaba las nalgas cuando sentí que me agarraba el trasero para acariciarmelo. Abrió mis nalgas tocando mi culo, pasando su dedo índice suavemente

No había terminado de meterme el dedo cuando empezó a masajearme el ano, me sacó suspiros y quejidos de placer. Mi vecino es experto mamando, su lengua hacía un trabajo inmejorable lo que hizo que unos 10 minutos más tarde ya estuvieramos en un 69 donde yo chupaba su vergota y él mi culo.

Me puso boca arriba, mamó mi verga, mis bolas, su lengua entraba y salia de mi culo para prepararlo y yo al ver aquello tan grande estaba cada vez con más ganas.
Apoyó la cabecita en la entrada de mi culo y la empezó a frotar con toda la saliva que había dejado allí, cuando cerré mis ojos para disfrutar, la dejó ir de un solo tiro, de manera que entró completa.
Al comienzo dolió pero él no se movió para que me acostumbrara, me empezó a besar, la sacaba suavemente y la metía, ya casi no dolía y poco a poco hizo que el dolor se convirtiera en un placer indescriptible.

Sin sacarla cambiamos de posición para que yo cabalgara. La sacaba y la volvía a meter, cambió de posición, me la sacó y me puso boca abajo y ahora era él quien me daba. Su verga se hacía más gruesa y sus movimientos más rápidos
Demoró bastante derramando su leche dentro de mi, yo acabé mientras mi guevo se frotaba con la cama.
Un poco más tarde empecé a sentir como su guevo se iba achicando aún dentro de mi hasta que la sacó.

Empecé a pujar suavemente mientras mi vecino veía el semen que iba saliendo de mi culo y eso logró que se le pusiera dura y volvió a metérmela para empezar un segundo asalto que fue incluso mejor que el primero.