viernes, 22 de julio de 2016

A QUE NO TE ATREVES. Final de temporada 1


22 años, la espera ha terminado.



Muchas cosas averiguó Jorge de su excompañero de colegio. Comenzando que es gay, ha tenido 2 parejas. Su familia no sabe nada. De un trabajo lo botaron por problemas con compañeros. De su trabajo anterior renunció por el sueldo. Lleva un año sin trabajar.

Está soltero y ahora es una persona tranquila, aunque es bastante promiscuo, pero nada parecido al niño malo de hace más de 20 años.



Luego de entregar una infinidad de documentos inútiles para el ingreso a la empresa; Estados de cuenta, Referencias personales no familiares, cartas de recomendación, además de los títulos de bachiller y universidad, certificados de todos los cursos hechos, llegó el día del ingreso a la empresa.



–Entra y cierra la puerta, necesito hablar contigo de algo importante.

–Para que soy bueno.

–Eso es lo que quiero, que seas bueno en tu trabajo. Yo soy el que te va a fijar el sueldo, tengo la potestad de hacerlo. Vas a ganar el doble de lo que ganabas en tu otro trabajo, por su puesto, comparado al sueldo de tu cargo anterior en este momento, más los bonos de incentivo, 120 días de aguinaldos, ticket alimentación, seguro para ti y tu carro si tienes y pago de especializaciones si quieres optar por eso. En 6 meses reviso tu sueldo y puede ser que te aumente, pero eso lo decido yo.

–Excelente paquete.

–Aquí viene lo malo de este cargo. Aquí no hay horario de salida, ni fines de semana. Cuando suene este celular que es corporativo –Se lo entregó- y veas mi nombre es mejor que atiendas y te vengas donde yo te diga porque será de trabajo. A mi no me sirve si te enfermas o se hospitaliza un familiar. Vas a ver como organizas tu estado de salud pero aquí no faltas.

–De verdad necesito el trabajo, así que tranquilo que le voy a echar bolas y me disculpas la frase.

–Tus vacaciones las decido yo, a mi es que me tienes que decir para yo aprobarlas.

Mamaguebo este cabrón, se aprovecha de la necesidad que tengo. No hay problema, de todas maneras tengo un año para pensar en eso.

–Como ya te dije hace 15 días, tu trabajo será el asistirme, estar pendiente de mis asuntos más cercanos, reuniones que yo no pueda ir vas tú, el montaje de sistemas que sean responsabilidad mía lo harás tú. Sé que eres bueno, te he investigado muy bien y no eres un principiante. Pero te recuerdo que soy mucho mejor que tú y un error tuyo te va a salir caro.

–Tienes a tu cargo 3 personas que tendrás que monitorear y que te rindan cuentas que luego me harás llegar. A mi secretaria no la usarás para tus asuntos. Eso la haces tú, tú resuelves y si no puedes te traemos una pasante.



–Tengo una reunión ahora y salgo en la tarde, en estas carpetas tienes lo que necesitas saber para empezar a trabajar -Se las lanzó en el escritorio.

–Pero ¿por donde empiezo? Aquí hay unos informes pero están en desorden y no…

–Si vas a empezar con problemas me lo dices y busco a otro imbécil y le pago mucho menos  que a ti y que tienen ganas de trabajar. -Se fue.



–¿Pero que se habrá creído este? Ya me habían hablado de él, pero no pensé que era así tan imbécil. -Adolfo se levantó y se reunió con las 3 personas que tendría a su cargo.



–Hola muchachos yo soy Adolfo Santana y soy el asistente al Jefe de área al que ya ustedes conocen. Estoy llegando hoy y estoy un poco perdido. El señor Jorge me dejó estas carpetas para que comenzara a trabajar con esto pero quería saber si ustedes tenían conocimientos.

Le entregó las carpetas y las 3 personas se vieron las caras.

–Yo te voy a decir algo y espero que con esto no ruede mi cabeza, pues necesito el trabajo, Jorge es un déspota y a veces no hay quien lo soporte pero es un buen jefe y sabe su trabajo de la A a la Z, según las malas lenguas será el próximo Director de Comunicaciones Estratégicas.

–Ajá, ¿y que tiene que ver eso con esta pila de carpetas?

–Todo esto -hablaba una muchacha- es trabajo que ya hicimos nosotros, está para la firma y entrega al Presidente de la empresa, lo único que tienes que hacer con esto es revisar y que todo esté ok, que normalmente está ok.

–¿Eso es todo?

–Bueno, si, es nuestro informe anual del trabajo de ingeniería de sistemas, ahí va reflejado todo lo que hemos hecho a nivel de redes y conexiones motoras. Te toca revisar y cualquier duda, nos preguntas.

–Nosotros 3 y los que ves allá tenemos poco tiempo en la empresa, rotamos mucho por culpa de el jefe. A mi me botó y un año después me reenganchó porque sabe que soy bueno y no le quedó más remedio, luego de él yo se mucho de lo que está aquí dentro.

–Y aquí entrenos, te lo voy a decir porque me caes bien. El jefe es gay. No se le nota hasta que se pone como un energúmeno y bueno empieza a botar plumas. Se arrecha y se delata. Trata de no sacarlo de sus casillas. Por ahí dicen que si le caes bien entras en su círculo y si eres gay capaz y terminas en su cama.

–Bueno, yo nunca estaré en su cama, yo no soy gay, a mi me gustan las mujeres. Me voy a poner a revisar esto y luego me reúno con ustedes por separado.



–Este también es gay, esa respuesta afirmando que le gustan las mujeres lo sacó pa’ la calle.



Adolfo entró a su pequeña oficina y empezó a revisar las carpetas y a convalidar los números y códigos desde su computadora.



Luego de media hora revisando la primera carpeta, se detuvo a pensar.

–Me voy a ganar su confianza, lo enamoro, me lo tiro y me atornillo en esta empresa y luego a ascender en esta empresa, de aquí no me bota nadie.



Dos horas y media después firmaba cada carpeta y la dejaba en el escritorio de Jorge con una nota.

<<Listo, yo creo que no hay cabos sueltos en esta entrega anual, los muchachos muy colaboradores. Saludos>>



A las 4:58 de la tarde entraba a la oficina Jorge. Vio a Adolfo apagar su computadora y recoger sus cosas.

–Si estás recogiendo a las 5 en punto tus cosas y apagando la computadora es porque Recursos Humanos te botó.

–No, no, pensé que me podía ir.

–No, te dije que aquí no hay hora de salida. Deja ahí tus cosas y ven a mi oficina.

Jorge se sentó en su silla y vio la montaña de carpetas con la nota.

–¿Qué es esto?

–Lo del informe anual, revisado y firmado para que lo revises.

–Me refiero a esto. -Le mostró la nota. –Estas mariqueras las dejas pegadas en la nevera de tu casa aquí no, me envías un correo o un mensaje a mi celular, pero estas notas de mensajito de novio que sea la última vez.

–Disculpa. También revisé tu agenda y revisé  lo de las solicitudes de conexión y router para las nuevas salas de junta de PH y le di play.

–¿Quién te dio la orden para que hicieras eso?

–Me dijiste que tus tareas las haría yo, lo más cercano y esto te compete.

–Correcto, eso fue lo que te dije. Yo no te quiero en mi División para que seas proactivo sino reactivo, yo te mando a hacer algo y tú lo haces, la proactividad me la dejas a mi , ¿está claro?. Por lo que acabas de hacer hoy he botado gente pero te necesito a mi lado. Espero que no vuelva a ocurrir. Estás aquí para recibir órdenes.

–Vamos a PH a revisar lo que enviaste, luego te puedes ir a tu casa.

jueves, 21 de julio de 2016

A QUE NO TE ATREVES 9


Maldad infantil.



Sentado en su pupitre, sudaba frío, apretaba los puños mientras metía su cabeza entre sus brazos que los tenía puestos sobre la tabla.

De pronto, sentado, sintió el calor del líquido que por más de 30 minutos estaba reteniendo pero no pudo aguantar más.

–Maestra, Jorge se está haciendo pipí y está mojando el piso. –Alguno de sus compañeros se burlaron pero la maestra los regañó.

Jorge se puso a llorar y ocultó más su cabeza entre sus brazos. La maestra se acerca para preguntarle porqué no fue al baño en el recreo, Jorge le responde que se le olvidó.

La maestra lo acompañó para que se limpiara.



Cada mañana se repetía la misma historia, no quería ir al colegio. Una lucha diaria para no ir pero era infructuoso. Su madre lo dejaba en la puerta del colegio. Al traspasar la reja de entrada comenzaba su pesadilla. Esa tortura la soportaba solo.



–Ya llegó la mariquita, miren su morral rosadito de niña. -Lo halaban del cabello y le tiraban el morral al piso.

–Defiéndete mariquita pero no me vayas a dar cachetadas de niña, dame un golpe. –Jorge con apenas 8 años lo único que podía hacer era llorar peRo ese día quiso enfrentarse y lanzó un golpe que Adolfo el popular y líder de su grupo esquivó y Jorge cayó al piso de nuevo. Era 2 años mayor que Jorge al igual que su grupo.

Aún en el piso, uno de los niños lo levanta para que el resto lo empujara y le quitara la chemise por fuera del pantalón. Dos de sus compañeritas de clases interceden por él y lo dejan quieto.

–Ay sí, ay sí vinieron tus amiguitas a defenderte.



En el segundo recreo Jorge corre directo al baño antes que salgan los niños al patio para no conseguirse a nadie pero su intento fue en vano y segundos después de haber entrado, Adolfo y dos amigos entraron al baño. Cerraron la puerta.

–¡No me hagan nada por favor, váyanse!

–Tus amiguitas no pueden entrar aquí. Vamos a desnudarlo.

Los dos compinches de Adolfo le quitaron el pantalón y la chemise.

–¿Quieres que te meta esto ah? ¿te lo meto? ja, ja, ja –Adolfo se ponía la mano en su entrepierna apretando y amedrentando a Jorge.

–Mariquito, mariquito, te gustan los hombres, eres una mujercita, mujercita.

Abrieron la puerta del baño y la ropa la lanzaron a uno de los inodoros.



Cuando Jorge salió vestido con su uniforme mojado, lo vio el director y lo regañó, pero él no dijo lo que en realidad le había pasado.



Así pasaron unos años entre maltratos. Ya en bachillerato, el acoso no era diario pero cuando ocurría era cruel.

Jorge siempre fue tímido, hijo único, su comportamiento era delicado rayando en lo femenino y por eso era víctima de acoso escolar por parte de varios alumnos de su colegio.

Golpes, intimidación en el recreo haciendo un círculo alrededor de él e insultándolo, persecución, robo de sus pertenencias, le colocaban fotos de hombres desnudos dentro de los libros y cuadernos.

Un día antes de terminar las clases de esa mañana fue al baño. 4 compañeros lo emboscaron, uno de ellos Adolfo e intentaron violárselo, pero habían llegado dos profesores al baño y tocaron la puerta.

Ese día Jorge se armó de valor y contó todo. Expulsaron a los cuatro muchachos. Jorge terminó los dos últimos años de bachillerato fuera del país. Regresando para estudiar Ingeniería de Sistema.



22 años después…



Jorge trabaja en una trasnacional de comunicaciones. Hace 6 meses lo nombraron Jefe de área de sistemas luego de permanecer por casi 8 años como analista de sistemas y asistente. Es muy bueno en lo que hace, a tal punto que maneja las redes a la perfección y hasta a veces ha tenido que hackear páginas para protección de la empresa, algo que le han pagado muy bien por ese servicio adicional a su trabajo.



Debido a su nuevo cargo tiene a seis personas bajo su responsabilidad pero necesitaba un asistente que le aligerara trabajo en ciertas áreas mientras él se ocupaba de reuniones dentro y fuera de la empresa. Así que entregó el perfil que necesitaba a Recursos Humanos.

Dos días después llega varios currícula que pasan por el primer filtro de entrevistas de Recursos Humanos.

La jefa de RRHH comenta entre su asistente sobre la entrevista con Jorge.

–Ahora le tocará pasar por las garras de Jorge, es más exigente, seguro que rebota a todos.

–Ay no, aparte de lo gay que es, es prepotente y cuando se arrecha se vuelve más loca de lo normal, me molesta cuando se pone así.

–Pero si te cae bien.

–Siii, pero es que es demasiado marico, la gente se burla de él, lo que pasa es que ahora de jefe la gente no dice nada

–Bueno, a quien escoja ya es su problema, nosotros hicimos nuestro trabajo y él escojerá el que le convenga.



Jorge vio los currícula que llegaron, por política de la empresa no puede haber foto ni nombres para que la selección sea más transparente. Sólo se sabrá en el momento que se concrete la segunda entrevista.



Entrevistó a tres que no les convenció. Faltaba uno y lo hizo pasar. Su resumen curricular era muy bueno y donde había trabajado era empresas de renombre. Era un hombre de 32 años, no era gordo pero estaba pasado de peso según su tamaño, barba de tres días pero cuidada y el cabello despeinado.



A Jorge le había gustado el hombre, de hecho bajó la guardia con él y la entrevista fluyó en calma y relajado.



–Bueno, antes de irte coloca aquí tu nombre y cédula, mañana personalmente te llamaré para decirte si quedaste en el puesto o no.

–Gracias por la oportunidad, y disculpa que te lo comente pero creo haberte visto en otro sitio, capaz en la Universidad.

–Estudié en la Universidad Libertador.

–Ah no, yo en Santa Marta.

Jorge no había visto donde había estudiado cuando vio el curriculum, se fue directo a la experiencia laboral.

El hombre dejó la oficina y Jorge tomó la ficha que llenó con su nombre.



<<Adolfo Santana>>

A Jorge le recorrió un escalofrío por el cuerpo para luego tomar el resúmen curricular de Adolfo y ver donde había estudiado bachillerato.

<<Colegio San Patricio>>

El cuerpo de Jorge se tensó y arrugó el curriculum lazándolo a la papelera. Por su mente pasó su infancia como una película; las humillaciones, empujones, las veces que se orinó en los pantalones, sus compañeros escupiéndolo, cuando los desnudaban y el intento de violación. Abrió los ojos, miró a la puerta y cogió el teléfono para llamar a RRHH.

–<Busca más candidatos, estos cuatro son una porquería>

–<Pero si dijiste que el cuarto te gustaba pero que lo entrevistarías>

–Exacto, lo entrevisté y es una mierda, ¿pueden buscar más o lo tengo que hacer yo?. –Colgó.



Se sentó. El estómago lo tenía revuelto y la tensión alta. Apoyó su cabeza en sus manos sobre el escritorio y así estuvo varios segundos.

Juré que me iba a vengar de cada uno de los que me hizo daño en el colegio y ahora llegó el momento de hacerlo.

Recogió el resumen de la papelera.

–Buenas tardes señor Santana, le habla Jorge Estévez, jefe de área de Sistemas de la empresa Telecom System.

–Hola buenas tardes, dígame. –Adolfo al escuchar el nombre nuevamente se le vinieron vagos recuerdos pero no lograba recordar donde había lo había escuchado.



–En 15 días lo quiero en mi oficina, mi secretaria le dará la lista de los documentos que tiene que traer, también la fecha para los exámenes médicos pre ingreso. Quiero puntualidad, aquí en 15 días a las 7:55 am.



–Maldito, vas a sufrir por lo menos la mitad de lo que yo lo hice, no te van a quedar ganas de seguir viviendo. Tú eres el primero, voy por los otros.



Aprovechando sus conocimientos ingresó a Facebook y accedió al perfil de Adolfo y a partir de ahí comenzaba su venganza.

miércoles, 20 de julio de 2016

A QUE NO TE ATREVES 8


Por la boca muere el pez.



–<Marico, ¿puedes hablar?> -Eduardo llamaba a su amigo Diego.

–<Te aviso, estoy en clases>.



Un rato después Diego llama a Eduardo y este le cuenta lo de Victor, le dice que el muchacho es muy guapo así como le gustan pero “es demasiado loca, una niña”. Diego se ríe y así está por varios segundos.

­–<¿Te gusta el chamito?>

–<Bueno sí, me gusta y tira rico, aguanta que jode, pero es muy marica>

–<Échale bola, ¿qué es lo peor que puede pasar? No sales más y ya>.

–<Es como una raya salir con una loquita ¿no? Me van a decir maricón.>

–<Es que eres maricón Eduardo, mijo tirátelo otra vez y ya no lo vuelves a ver pero si estás con dudas es que sientes algo.>



Eduardo colgó la llamada, terminó de desayunar cerca de su trabajo y se fue a la tienda.

Al llegar vio a su compañero de trabajo que era parecido a Victor, no tanto físicamente sino en actitud y pensó que eso no era lo suyo.



–Rodolfo, ¿te puedo hacer una pregunta?

–No mi amor no quiero ser tu novio. No me gustan los papeados

–No idiota no es eso. ¿Tu novio…es como tú?

–¿Gay? Obvio mi amor, ¿estás bien?

–No chico, como tú, así como muy femenino.

–¿Que si es loquita? No sé normal, yo me quiebro más si a eso te refieres ja, ja, ja

–¿O sea tú eres la pasiva?

–De verdad Eduardo yo pensaba que tú eras distinto pero ya veo que tanto pincharte te embruteció.

–Yo no me meto nada, bueno disculpa.

–Para que te quede claro mi amor yo soy el activo en la relación, si quieres te lo demuestro cogiéndome ese culo durito que tienes.

–No, gracias.

–¿Y a que viene esa pregunta?

–Ayer me tiré a un carajito y es bien loquita.

–Qué básico eres Eduardo, no me extraña que no tengas pareja, de verdad. Aja ¿y qué pasa?

–Coño que me gusta. Verga ¿es que acaso me tienen que gustar las locas?

–No, pero tampoco ser despectivo.

–¿Te he tratado mal a ti? Llevamos 3 años trabajando juntos y nos la llevamos bien.

–Bueno no. Ajá, te gusta, ¿y si te gusta para que le das tanta vuelta? Sal con él y a ver que pasa.

–Es que es peluquero.

–Aaaay Eduardo, no me jodas, voy a sacar los pantalones outlet para acomodarlos, chao.



Eduardo se quedó ahí parado. Entró una clienta con 2 escoltas.

–Buenos días joven busque al dueño y dígale que está la señora del gobernador.

¿La señora del gobernador? Si esta no es, que bolas es la amante. Enseguida señora, ¿quiere un café?.

–Quiero que cierren la tienda, llame al dueño.



Eduardo le fue a avisar al encargado de la tienda, al regresar la mujer entró al despacho y los escoltas se quedaron abajo.

–Epa Eduardo ¿qué más?

–¡Coño Luis! ¿Ahora eres guardaespaldas?

–Me pagan más que en la policía.

Se le acercó al escolta y le susurró al oído. –¿Y esta tipa es la amante?

–Si, pero cállate.



Eduardo le contó a su amigo de Victor y volvió a tener la misma respuesta: que se lanzara.

–Me debes una tirada.

–No me vas a coger mamaguevo.

–Entonces échale bolas al peluquero. Te voy a coger un día de estos así sea borracho.



Al día siguiente mientras se vestía, fue un momento a la cocina a servirse un jugo, miró a la papelera y vio la tarjeta de Víctor arrugada.

Guardó el número en su celular y le escribió.

–<Hola, Es Eduardo de Grindr, tiramos la otra vez ¿estás en la peluquería?>

–<Hola papi, si, abrimos a las 7 ¿Vas a venir?>

–<Paso en un rato>

 Victor les contó a todos en la peluquería que Eduardo iba para allá, previamente les había contado que lo conoció por Grindr y se habían acostado.



Eduardo llegó a la peluquería, se puso frente a la puerta y dudó. Vio al suelo y entró.

Los dos primeros que que estaban en la entrada, un gay y un transexual lo reconocieron por la descripción.

–Hola guapo, buenos días, ¿estás buscando a Victor?

–Hola…si…pero ¿cómo saben?

–¿Es verdad que lo tienes grueso? –Le preguntó el gay.

–Yerson, deja de preguntar esas cosas. No le hagas caso cariño, es golosa, el tamaño no importa, lo importante es saber usarlo.

Eduardo estaba poniéndose nervioso. –Disculpen pero ¿está Victor?.

–Ya viene, está comprando unas cosas ¿quieres cortarte el cabello?. Pasa por allá para que te laven esa cabezota papi.

Eduardo pasó a lavarse el cabello.

Era una de las mujeres.

–Disculpa a todos esos locos, están emocionados por Victor que ya tiene novio y encima es guapo, se ponen así de impertinentes

–¿Novio? Yo no soy novio de Victor.

Apareció Victor y Eduardo se levantó de la silla.



–¡Viniste! –Victor se le acercó y le dio un beso en la boca.

–¡Epa¡! ¿qué haces mi pana, ya va, deja la vaina, yo vine a saludarte ¿cuál es tu peo?

–Bueno yo…disculpa…es que…

Eduardo se fue de la peluquería dándole un empujón a la puerta de vidrio que hizo un fuerte ruido al cerrarse de nuevo.



–¿Ustedes que le dijeron a Eduardo que se fue así?

–Nada, nada, lo saludamos y fuimos atentas con él.

martes, 19 de julio de 2016

A QUE NO TE ATREVES 7


De esta agua no beberé



–¡Para, para, para, me duele!

El muchacho le decía a Eduardo mientras lo tenía con la mano aprisionándole la cabeza estando boca bajo y penetrándolo con fuerza y rápido.

–¡Para coño, para, para, me dueleee!

–Coño que ladilla mi pana. Eduardo se echó a un lado y comenzó masturbarse mientras que el muchacho de contextura muy delgada, blanco y lampiño se tocaba el ano aguantando el dolor. Eduardo acabó.

–¿Me puedo duchar?

–No chamo, vístete y te vas estoy esperando a otro carajito.

–Coño tú no pierdes tiempo.

–Ese no es tu peo, vístete rápido para abrirte.



El muchacho terminó de vestirse y Eduardo se puso el interior para abrirle la puerta.

–¿Me puedes dar un poco de agua?

–No tengo agua, cuando estés abajo espera que alguien salga, chao.



Y así con cada persona con la que tenía sexo ocasional, hacía lo mismo, al terminar los despachaba y más nunca sabía de ellos, no había intercambio de números ni nombre. Solo sexo.



–Marico, nada que consigo culito pa’ hoy y con las ganas que tengo. Mira este bofe y gordo.

–Es que a ti como te gustan flaquitos y desvalidos lo tienes difícil. -Le decía Diego uno de sus mejores amigos.

–Es que me gustan así, que sean debiluchos y yo darles duro.

–Coño guevón es que tú eres un salvaje tirando, pareces un rinoceronte.

–Como se ve que hablas con propiedad. Te gustó como te cogí ¿verdad?

–Pendejo…bueno sí y eso que no soy como te gustan.



Ambos tumbados en la cama revisando el Grindr a ver que conseguían.

–Lo que más me gusta de haber tirado contigo es que quedamos como panas y no me echaste al olvido.

–¿Ves? No soy tan malo ja, ja, ja. ¿Conseguiste algo?

–No, si estoy viendo los mismos que tu gafo. Además ya cuadré con un pana pa mañana, pero tiene novio, pero me lo quiero coger, me gusta.

–Así es Diego, la rompe hogares.



Eduardo es un joven de 28 años con el cuerpo bien trabajado en el gimnasio, musculoso y fuerte. Trabaja en una tienda que es un conglomerado de marcas de diseñadores famosos. No cree en el amor y su vida sexual se resume a disfrutarse a los muchachitos sólo una vez y seguir buscando. Gana bien en su trabajo y vive solo en un apartamento modesto alquilado en el oeste de la ciudad, se quiere comprar un carro.



–Bueno, el carajo es bien correcto, parece un viejete y tiene mi edad.

–Tíratelo, eso son los peores. Mira, mira marico, mira este, coño que lindo carajito, blanquito y flaquito. Bello el coñoemadre y está cerca de aquí.



Eduardo lo contactó para que viniera a su apartamento, el muchacho le dijo que lo esperara un rato pues estaba con unas personas comprando una mercancía.

–Bueno mi pana, lo siento pero se va a tener que ir, me sale tirada, así que arranque.

–Que suerte chico, yo nada.

–Mañana a lo mejor tiras.

–Ojalá ando con un verano. Préstame plata para irme en taxi por fa yo te lo pago en la quincena.

–Agarra de mi cartera y deja la mariquera que no te lo voy a cobrar, ahora vete, dame un beso.



Luego de 45 minutos el muchacho que contactó llegaba al apartamento. Cuando Eduardo abrió la puerta y vio al joven se quedó impresionado.Un muchacho de mediana estatura extremadamente delgado, piel blanca, cabello castaño caro con un corte mohicano peinado hacia un lado, las cejas delineadas y unos ojos verdes que brillaban, tenía un rostro hermoso, exactamente como le gusta a Eduardo. Todo estaba bien hasta que Victor abrió la boca y habló.



–Hola mucho gusto, me llamo Victor, -Le extendió la mano dándosela como si fuera una señorita, su postura y gestos eran bastante afeminados al igual que su manera de hablar.

Al ver eso Eduardo se decepcionó y por lo que dijo Victor, se le notaba.

–Creo que no te gusté, tienes una cara, en la foto me viste.

–Bueno, sí, pero en la foto no se veía esto que estoy viendo aquí.

–Si quieres me voy y así no perdemos tiempo.

–No, no, pasa, viniste a que te cojan y eso voy a hacer.



Victor tiene 21 años, es peluquero en una cadena de peluquerías que queda cerca de donde vive Eduardo. Vive en un apartamento en el centro de la ciudad con tres amigos más, sus padres lo botaron de la casa por comportarse como una niña, de vez en cuando visita a su madre en el interior del país.



Comenzó a desvestirse muy delicadamente. Al agacharse, Eduardo le vio las pequeñas nalgas, eran blancas lampiñas y duritas. Eso lo excitó.

Eduardo se desvistió, ya su pene estaba erecto. Victor lo vio y se sentó en la cama.

–Así es como me gustan las vergas, gruesotas. -Se lo introdujo en la boca y ahí no paró de moverse mientras mamaba el pene y lo movía con su mano.



Coño que rico mama la loquita, sabe su vaina. –Pensaba Eduardo mientras lo levantaba para tumbarlo en la cama.

–Espero que aguantes pela, porque yo comienzo y no paro, te voy a dar duro. -Victor se abrió las nalgas con sus manos. –Mételo pues.



Eduardo se puso el condón y se echó lubricante en la mano para pasárselo por su pene y por el culo de Víctor. Lo agarró por el mechón de pelo, acomodó su pene y empujó.

Mientras Eduardo iba metiendo su pene, Victor no paraba de gemir, soltó sus nalgas y se apoyó en la cama aguantando las embestidas de Eduardo que cada vez era más fuertes, hasta que lo metió por completo y comenzó a darle rápidamente.

Lo puso de lado y volvió a penetrarlo rápido con movimientos cortos. Victor no paraba de gemir y decirle que siguiera.

El muchacho volteó la cara para ver a Eduardo que tenía la cara roja y parecía poseído y le dio una cachetada al muchacho. ­–¿Quieres que te de más duro, ah? -Otra cachetada.

–SI, DALE, METEME ESA VERGA COMPLETA.

Lo acostó boca abajo y volvió a penetrarlo. Sus movimientos de cadera se intensificaron. Victor apretaba las sábanas con las manos, su piel estaba roja y bañada en sudor.

Se levantó de la cama y cogió al muchacho del brazo y lo alzó para luego cargarlo y volverlo a penetrar.

Victor tenía la piel humedecida y a Eduardo se le resbalaba, se cogió del cuello y terminó de penetrarlo por completo.

–Quiero tu leche.

–¿Si? ¿Dónde? Volvió a empujar.

–En mi boca. –Eduardo lo bajó. –Quítame el condón.

Victor lo hizo y al tomar el pene, el primer chorro cayó en su cara y luego se metió el pene en la boca para comenzar a tragar todo aquello.



Se tumbaron en la cama uno al lado del otro. Victor extendió la mano y tomó la de Eduardo entrelazándola y cerrándola, así se quedaron unos minutos.

–¿Me puedo dar una ducha? Tengo mucho calor.

–Si vale, ahí hay una toalla y jabón.



Al salir, Eduardo se estaba colocando el interior, cogió el condón usado y lo echó en la papelera. Victor se acercó a él y le dio un beso en la boca.

–¿Y ese beso?

–Me provocó, además la pasé muy rico.

–Que bueno que te gustó, a mi también me gustó.

Terminaron de vestirse.



–Mira soy peluquero en el salón de belleza Castro que está cerca de aquí.

–Ah encima eres peluquero.

Victor le dio una tarjeta. –Sé que no te agrada como soy que te parezco muy afeminado y yo creo que no te veré más, pero bueno si quieres, pasa por la peluquería, te corto el pelo y no te cobro, me caes bien.

–Disculpa mi pana, es que si, tiré rico y aguantas pela, pero es que eres demasiado jeva.

–Tranquilo, no hay problema, ¿me das un poco de agua?

–Si claro. Toma.



Tomó su bolso y Eduardo bajó con él a abrirle la puerta.

–Si no quieres ir a la peluquería porque te sientes incómodo, puedo cortarte el pelo aquí en tu apartamento.

–No chico, yo voy para allá.

–La mayoría de los que estamos ahí son como yo, hay 2 trans y 2 mujeres.

–Que estés bien. –Eduardo le extendió la mano y Victor esta vez le estrechó la mano con fuerza y mirándolo a los ojos. Eduardo le intimidó ese gesto.

 Subió al apartamento, al cerrar la puerta se quedó apoyado a la puerta y sonrió.

–Qué loco esto, acabo de tener una de tantas tiradas y no se me quita de la cabeza este chamo. Si yo no quiero volverlo a ver.

Cogió la tarjeta que le dio Victor, la arrugó y la lanzó desde ahí a la papelera de la cocina.