jueves, 23 de marzo de 2017

Poema erótico de Javier J. Granadillo R.

Tu Corazón Reclama...


...y el mío apremia,
el aroma del sexo
en tu verbo yace,
no agotamos amores
y encuentros.

Nuestro amor se nutre
de escándalo y morbo,
Asciendo
por la cresta de tu pelvis,
Desciendes a
mi lado mas obscuro.

Procaces lenguas enredadas
en palabras y besos,
Lascivas pieles fundidas
en sudor y saliva,
Suerte la mía de
que te guste mi pene,
Suerte la tuya de
que me guste tu semen…

Javier J. Granadillo R.


domingo, 19 de marzo de 2017

FINAL DE TEMPORADA. De repente Tú.


Cuando el deseo te nubla.



Fabián se acercó a ella y pasó su brazo por la espalda de María Corina y le deshizo el lazo que sostenía la pieza superior de traje de baño.

–Esto no debe suceder Fabián, vamos a detenernos.

–¿Estás segura que quieres detenerte aquí? -Se fue encima de ella y comenzaron a besarse, los pezones de ella rozaban el pecho de Fabián lo que hacía que se endurecieran. La piel de María Corina se erizó. No se dio cuenta que la parte de abajo de su traje de baño ya no estaba en su cuerpo cuando Fabián lo lanzó fuera del toldo.

–Voy a ir al infierno.

–Nos quemaremos juntos. -Fabián se deshizo del bermuda y su pene estaba totalmente erecto y frente a la entrepierna de la madre de su mejor amigo

–Hoy vas a ser mía María Corina, solo mía.

Lentamente fue penetrándola hasta quedar acostado sobre ella que la tomaba de la cabeza acariciándola para luego besarla en la boca. Sus movimientos suaves y armoniosos lograban en María Corina que su cuerpo se estremeciera. Mientras más se movía el muchacho más disfrutaba ella.

Se atrevió a gemir y no paró, se sentía por primera vez desde hace mucho tiempo libre, libre para expresarse, para disfrutar, para dejarse llevar y para tener orgasmos.



Fabián estaba muy excitado y no logró retrasar la eyaculación y se corrió dentro de ella, para luego tumbarse unos segundos sobre ella y luego levantarse con sus manos y verse a los ojos de nuevo.

–Esta noche será inolvidable para mi.

–Yo no tengo palabras para decirle lo que siento Fabián, pero esto ha sido hermoso. -Se levantó de la tumbona llorando y se fue al mar desnuda. La luz de la luna bañaba su piel. Su cuerpo aún perfecto marcaba unas curvas que hace minutos disfrutó Fabián, vio como entraba al mar y su cuerpo desaparecía en el agua ahora oscura como la noche. Él también entró.



Se abrazaron y se pusieron a conversar, el agua estaba tibia y no había brisa.

–Tengo un mal presentimiento Fabián, tengo una presión en el pecho.

–¿Te estás arrepintiendo de lo que hicimos?

–No es eso…me arrepentí desde que dije sí para venir, pero no es eso, ya lo hicimos, lo difrutamos y…soy otra, pero no se trata de eso, siento que algo va a pasar.

–Vente, vamos a tomar una copa de vino y nos acostamos en las tumbonas, tengo unas sábanas aquí para taparnos, ah y unas toallas.



A las siete de la mañana con el sol sobre sus cuerpos, los despierta el sonido del celular de ella.

Era Diógenes.

Cerró los ojos y contestó. –<Hola mi amor, ¿cómo esta? Ya estamos recogiendo para irnos>

–<Disculpe señora López, le habla el Ingeniero Silva, lamento tener que darle la noticia yo pero su esposo el señor Diógenes se suicidó hoy en la madrugada. Lo siento mucho>.

María Corina quedó paralizada viendo al horizonte con el celular en el oído, las lágrimas corrían solas por sus mejillas.

–<Su esposo dejó una nota que no hemos abierto, va dirigida a usted>

–<Gracias Ingeniero, voy saliendo para allá>



Fabián la miraba extrañado.

–¿Qué pasó mi amor? ¿Algo malo?

–Diógenes se quitó la vida y me dejó una nota. Necesito irme de aquí ya.

–Yo te llevo hasta Barquisimeto pero ya. Vámonos.

sábado, 18 de marzo de 2017

DE REPENTE TU 2 Capítulo 11


Locura de amor.



Sobrevolando el archipiélago de Los Roques, María Corina estaba impresionada del color del agua y lo blanca de la arena.

–Ahí en esa zona vamos a estar.

María Corina veía algo en la orilla del mar pero a tanta distancia no distinguía que era.



Se bajaron de la avioneta y los esperaba un vehículo rústico para llevarlos al lugar.



–Ya están aquí, si su madre o usted desean algo adicional me llaman al celular y lo traemos con gusto señor Silva.

–No es mi madre Pedro, pero gracias de toda maneras.

–Disculpe permiso.



Dos tumbonas con una colchoneta gruesa cada una, una amplia sombrilla, una cava con varias botellas de vino, cerveza y refrescos. Cosas para picar y un par de copas llenas de camarones puestas en una mesita redonda entre las tumbonas.

–¿Y todo esto lo montó ayer? ¿cómo hizo?

–Ya lo tenía planificado desde hace una semana, sabía que Diógenes se iba con mis tíos a hacer negocios pero no quería avisarte con tantos días porque te ibas a negar.

–Todo esto…. Es una…

–Una maravilla para que disfrutemos el fullday, siéntate.



Sirvió dos copas de vino blanco para comer lo camarones.

–Fabián, yo no se cuáles son sus intenciones con todo esto.

–Cortejarla mi bella dama, yo sé que usted está casada pero yo esperaré el tiempo que sea necesario para que sea mi esposa.

–Usted está loco.

–Tiene razón, loco por usted.

–Le quiero decir algo Fabián. Me da mucha pena decirle esto pero debo hacerlo. Yo no voy a acostarme con usted hoy, bueno ni hoy ni otro día.

–Vamos a dejar que el tiempo decida lo que debe pasar, hoy vinimos a disfrutar de este hermoso paisaje.



Luego de comer los camarones y beberse la primera copa de vino y embadurnarse de crema bloqueadora, caminaron por la orilla del mar. María Corina le habló a Fabián de su vida de casada, de como sucedieron las cosas.

Su matrimonio fue casi obligado por el padre de ella aunque Diógenes quería casarse pues le iba a dar un hijo la mujer que le gustaba y se estaba enamorando. Por su parte María Corina siempre le gustó Diógenes, tuvo relaciones con él para experimentar y le gustó tanto que repitió cada vez que él iba para el pueblo a trabajar hasta que quedó embarazada.

Su vida económica cambió drásticamente. El amor por Diógenes se desvaneció pero su hijo era y es el mejor regalo que le ha podido dar la vida y eso la mantiene atada a su esposo.

–Pero pudieras divociarte.

–Sí, pero, quiero mucho a Diógenes, es el padre de mi hijo, creo que estaré con él hasta hacernos viejos o alguno de los dos muera.



Fabián la tomó de la mano, María Corina no se negó a hacerlo y siguieron caminando.

–Pero ahora tienes a alguien que se interesa por ti y tú por esa persona sientes también algo.

–Fabián usted un niño, apenas está abriéndose un camino, estudiando en la universidad, tiene mucho dinero, si y pudiera no hacer nada con todo el dinero que tiene, pero le falta madurar, le falta conocer.

–Déjame demostrarte que no soy un niño, tengo plata y aunque no lo creas, no soy como los demás que derrocha el dinero en fiestas, alcohol, no, me estoy labrando un futuro para seguir trabajando por la empresa de mis padres. He viajado, he conocido mundo desde pequeño, conozco culturas, gente, sé 3 idiomas, no soy un carajito guevón.

Se detuvieron.

–Déjame demostrarte que yo como hombre valgo la pena. –Se acercó y la besó, su mano tocó su nalga y María Corina la apartó mientras disfrutaba el beso.

–Vamos al agua, tengo calor.

Entraron al mar, sus cuerpos se veían a través del agua, María Corina estaba impresionada. Se agacharon y tenían el agua por debajo de los hombros.

–Me gustas mucho María Corina.

–Yo no puedo negárselo, me está haciendo sentir cosas que no sentía desde hace 20 años.

–¿Te digo algo?

–Dígame.

–Estoy hablando de esto contigo y tengo una erección.

La mujer bajó la mirada al agua y vio el bermuda. Fabián le tomó la mano.

–No me interesa si te falto el respeto, quiero que me lo toques y sientas como me tienes.

María Corina cerró los ojos y tocó, tocó y apretó y soltó rápido.

–Esto no está bien.

–Claro que no está bien, hay que hacer algo para bajarlo. Espérame aquí.

Fabián nadó y nadó y nadó hasta cansarse y sentir que su pene se relajaba, para luego regresar.



–Listo.

–¿Listo qué?

–Me rejajé. Ya puedo salir sin tener evidencia de nada jejeje.

–Usted si es tonto.

–Vente, vamos a caminar hacia el toldo.

Se acostaron en las tumbonas mientras tomaban su tercera copa de vino, hablaban de banalidades, de su hijo Jesucristo, de como murieron los padres de Fabián.



–No creas que lo hice a propósito pero ya es tarde para irnos.

–Ay Dios mio ¿nos tenemos que quedar aqui?

–Si, pero tranquila, a primera hora de mañana domingo nos vamos.

–Tengo que avisarle a mi hijo y a Diógenes.



Luego de llamarlos volvieron a a acostarse esta vez con las tumbonas juntos.

–Es primera vez que voy a pasar la noche así a la intemperie bajo las estrellas.

–Yo lo hacía cuando era pequeña y vivía en mi pueblo, me levantaba de madrugada y salía al jardin y ahí me quedaba.

–También va a ser la primera vez que hago el amor en la playa.

María Corina lo vio, él volteó y se vieron a los ojos.

viernes, 17 de marzo de 2017

DE REPENTE TU 2. CAP´ITULO 10


Amor prohibido.



Diógenes estaba desayunando con su esposa pero estaba decaído sin ánimos ni apetito.



–¿Usted va a seguir así con esos ánimos? Tiene que ponerse bien y empezar a trabajar está flojeando mucho. No puede ser que usted siga triste por lo de Cristo.

–En mala hora a ese muchacho le gustaron los hombres. -Se quedaron callados unos segundos y Diógenes volvió a hablar. –A lo mejor es bisexual de esos que el gustan hombres y mujeres, él no ha probado a una mujer.

–Nuestro hijo es homosexual Diógenes, no hay vuelta de hoja.

–Yo quería tanto unos nietos. -Sus ojos se llenaron de lágrimas.

–Usted tiene que distraerse, ¿será que este fin vamos a la playa que hace tiempo que no lo hacemos?

–No puedo, tengo un viaje pendiente con los socios de la empresa de Fabián, me voy el fin de semana a la fábrica

–¿Ah sí? -María Corina se puso nerviosa –¿Y Fabián va?.

–No mujer, si el muchacho aún no entra a trabajar en las empresas, cuando se gradúe. Ese muchacho si le gustan las mujeres, ojalá mi hijo tomara ejemplo de su amigo.

–Ya basta, termine de desayunar y lo ayudo a hacer la maleta. ¿quiere que lo acompañe?

–Me encantaría mi amor pero es que te vas a aburrir, no voy a estar pendiente de ti.

–Esta bien, pero tenemos pendiente lo de la playa para ir los tres.

–Seguro mi amor.

Se fueron a la habitación a acomodar el bolso que se llevaría. Al día siguiente María Corina lo llevaba al aeropuerto junto con su hijo.



Ya de regreso en la autopista, luego de pensarlo mucho Jesuscristo le preguntó a su madre.

–Mami, antier cuando fui con Yonaikel a lo del pasaporte, me dijo algo que no entendí. Me dijo que a mi papá le estaban soplando el bistec.

A María Corina le entró una repentina tos que tuvo que colocarse en el hombrillo y frenar.

–¿Qué pasó mami? ¿Se siente bien?

–Si, si, ¿y por qué le dijo eso Yonaikel? Voy a matar a ese motorizado. -Pensó

–No sé, por eso le pregunto si usted sabe a que se refiere.

María Corina hizo tiempo acomodándose en el espejo y acomodar la alfombra. –No sé mi amor debe ser un término de los motorizados, debe ser una cosa sexual, él siempre está con eso, algo de que yo le soplo a tu padre o algo.

–Que raro eso, está loco ese tipo. Voy a averiguar eso.



Llegaron al apartamento y Jesucristo salió con Esperanza, ella le iba a contar lo que le había pasado.

Suena el celular de María Corina. Era Fabián.

–<Hola, pero usted aparece en los momentos clave>

–<Exactamente mi hermosa mujer, tu esposo se fue de viaje a la empresa de mi padre por todo el fin de semana, así yo la voy a secuestrar para llevarla a Los Roques ida por vuelta>.

–<Usted se volvió loco, ¿cómo me voy a ir con usted a Los Roques? ¿y con qué dinero? Soy una muj…

–<Una mujer casada, ya lo sé María Corina. Mañana te busco a las seis de la mañana, nos vamos en mi avioneta>.

–<Le he dicho que no Fabián, no insista>.

–<Ve buscando el traje de baño. El más bello que tengas.> Colgó la llamada



Este niño está loco, no pienso ir con él a ningún lado. Se fue al trabajo que ya iba tarde.



Sábado a las seis de la mañana suena el celular de María Corina.

–<Aló>

–<Buenos días mujer preciosa, ¿ya está lista o la espero?.

–<No estoy lista Fabián, se puede ir>.

–<Por qué no se asoma al balcón>.



Se pone una bata y se va al balcón, al asomarse ve a Fabián con un ramo de rosas rosadas y él apoyado en una limosina. Llamó.

–Dile a tu hijo que vas a la playa con unas amigas y te vienes ya.



María Corina buscó un traje de baño, un bermuda, sandalias, gorro, bloqueador, un pareo y metió todo en un bolso, ella se puso un vestido ligero y fresco.

–Mi amor, me acaban de invitar a la playa unas amigas del trabajo. Se queda al pendiente de la casa, si sale, me avisa, yo voy a llamar a su papá.

–Mmmmmmm ok apague la luz que tengo sueño, pásela bien. -Le dijo Jesucristo entre despierto y dormido y sin abrir los ojos.



María Corina pensó que su hijo iba a preguntarle más sobre la playa, pero siguió durmiendo. Bajó.



–Muy buenos día bella dama, entre usted a la limosina.

Al entrar vio que adentro los esperaba un desayuno completo; frutas, cereal, yogurt, jugo, café, leche, galletas, pan, cruasán. Lo necesario para empezar con energía.



–Yo le voy a decir algo muchachito, que sea la última vez que usted me hace esto. Si su familia se entera y llega a oídos de mi esposo, ¿cómo quedo yo?.

–Hoy quedarás con el mejor bronceado y vas a disfrutar de una de las mejores playas del mundo, vamos a desayunar ¿si?



Suena el celular de Fabián. –Es tu hijo. –Le hace un gesto con el dedo para que guarde silencio.

–<Epa menor, ¿cómo estás?>

–<Hola Fabián, bien, ¿mire será que nos vemos hoy? Quería contarle sobre el muchacho que me gusta y decirle que ya hicimos el amor pero quería contarle en persona.

–¿En serio? ¿Ya te estrenaste? –Le volvió hacer un gesto a María Corina de que su hijo ya no era virgen.

–<Le cuento en persona>

–<Hoy no puedo, amigo, estoy de viaje, regreso en la noche, ¿te parece mañana?>

–<Esta bien, qué lastima, hoy que estoy solo que mi mamá se fue a la playa>

–<Que broma, tranquilo que mañana nos vemos>

–<Por ciero Fabián, ¿usted sabe que es que le soplen el bistec?>

Se rió –¿Soplar el bistec? Claro

María Corina comenzó a mover los brazos diciéndole que no dijera nada

–<A ver ¿qué significa eso?>

–<Eh bueno…> María Corina le quitó el celular y lo apagó.

–¿Qué pasó?

–No le diga nada a Cristo.

–¿Me puedes explicar que pasa?

–Que Yonaikel el motorizado de mi oficina le dijo que a Diógenes le estaban soplando el bistec.

Fabián apoyó las manos en sus piernas y agachó la cabeza.

–Lo siento María Corina, de verdad, mil disculpas esto fue un grave error.-Levantó el auricular. –Bruno, da la vuelta, nos regresamos.

–No, no, no Fabián, vamos a Los Roques.

–¿En serio, seguro? No tengo problema en cancelar todo y te dejo en casa.

–Estoy segura. Necesito olvidarme de todo, quiero un día sin pensar en nada ni nadie solo yo.

–¿Ni siquiera vas a pensar en mi? –Se levantó del asiento y se le acercó para darle un beso en la boca que María Corina no rechazó y respondió.

jueves, 16 de marzo de 2017

DE REPENTE TU 2 Capítulo 9


Entre amantes.



 Yonaikel llegó al edificio donde vive María Corina y la llamó al celular para que bajara Jesucristo.

–Yonaikel vaya con cuidado en esa moto mire que mi hijo no está acostumbrado a montarse en una. ¿Usted como que no durmió en su casa?

–Tranquila mi jefa que yo le cuido a la cría, Ah pues jefa no pregunte pa no sabé, ponte esto mi pana. ¿Traes todo?

–Si Yonandel.

–Yonaikel mi pana, me llamo Yonaikel jejeje.

El muchacho se puso el casco y arrancaron dejando a María Corina parada en la acera, angustiada.



–Espérame aquí sentado panita mientras muevo las teclas.



–Hola preciosa, ¿cómo estás? ¿y tu jefe?

–Hola negro, está ocupado, no creo que te pueda atender hoy.

–Yo creo tu puedes agilizarme eso ¿verdad? –Le entregó una tableta de chocolate importado.

–Déjame ver, espera.



Se sentó al lado de Jesucristo.

–¿Usted conoce a la gente de aquí?

–Tengo mis contactos, hoy sales con el pasaporte chamín, tú tranquilo.

Sonó el celular. Atendió.

–<Hola mami, ¿cómo estás?>

–<Mira mamaguevo ¿cómo que cómo estás? Donde coño estás metido, ayer estabas tirando con una perra, te escuché>.

–Mierda, la jeva que me descubrió unos cachos, ya vengo. -Le dijo a Jesucristo.



Jessica gritaba por el celular y Yonaikel lo bajaba para no escuchar y volvía a colocárselo en la oreja.

–<Mami hablamos en la noche, estás endemoniada y así no puedo explicarte chao>.

Regresó.

–Yonaikel usted cuando se enamoró de su esposa, ¿soñaba con ella? ¿Le hacía el amor en el sueño? ¿sentía que ya la conocía de siempre.

–Yo me estoy cogiendo a Jessica desde los 15 años, después fue que la preñé dos veces y me puse a vivir con ella.

–¿Pero la ama?

–Está rica, bueno, estaba, ahora está vuelta mierda después de quedar preñada.

–¿Nada más tiene sexo con ella y ya, no hay amor?

–Exacto mi pana, cuando tengo ganas me la pego y cuido a mis chamos y le doy plata que es lo que a ella le interesa, pero tengo cuca segura.

Jesucristo estaba impresionado con la conversación, la palabra cuca le hizo ruido.

–A mi si me pasa, conocí a un tipo y he soñado con él, he hecho el amor, nos besamos pero aún no somos novios, pero me gusta mucho.

–¿Tú eres muerde almohada?

–¿Muerde almohada? ¿qué es eso?

–Eres marico, te dan por el culo.

–Si, soy gay, pero no sé si soy activo o pasivo, con este hombre he sido pasivo.

–Ah entonces te ha cogido. Coño mi pana, me gusta esa vaina que seas abierto así y hables de esa vaina tan normal. ¿La jefa y el pana Diógenes lo saben?

–Si claro, yo les conté hace unas semanas.

–Yo me cojo un culo, un carajo de un supermercado, cuando se me antoja un culo de macho, lo busco.

–¿Eres bisexual?

–No se que es esa vaina.

-Que te gustan las dos cosas.

–Ah si, pero no soy marico, me gusta un culo de hombre pero me encantan las jevas.

–¿Y eso le pasa a todos los hombres? A mi papá también le gustará estar con un hombre?

–A tú papá le están soplando el bistec mi pana.

–¿Qué es eso? ¿el bistec?

–Yoanikel, ven.

–Vamos mi pana

Entraron a hablar con el conocido de Yonaikel y comenzaron el proceso.

El celular de Yonaikel volvió a sonar. Era Fernando.

–<Epa mi rey ¿cómo está la vaina?

–<Bien, ayer te llamé y no me paraste bola>

–<Estaba ocupado con una jeva>

–<No me cuentes. Mira, te tengo mercancía pero la tengo en mi casa, ven a buscarla ya>

–<Dame 20 minutos y estoy allá>

 Jesucristo llenó unos papeles, se tomó la foto y tenía que firmar otras cosas.

–Chamito, te quedas aquí mientras hago una diligencia, yo te busco, si sales antes me avisas.



El motorizado llegó al apartamento de Fernando. Tocó el timbre.

Fernando abrió la puerta quedándose detrás. –Pasa

Yonaikel entró y Fernando cerró la puerta. Estaba desnudo.

–Naguevoná bichito tienes ganas de llevá guevo ¿no? ¿Qué me conseguiste?

–Primero lo primero. Méteme esa verga.

Yonaikel se bajó los pantalones y Fernando se agachó para, a duras penas, meterse el pene en la boca.

–Párate que quiero reventarte ese culo y me tengo que ir rápido.

–Vamos a la cama.

–Aquí mismo, pélame ese culo.

Fernando se montó en el sofá y con sus manos abría sus nalgas para recibir aquel enorme pene. Yonaikel le escupió el culo y su pene para luego comenzar a penetrarlo.

–¿Quieres que te duela?

–Si.

Yonaikel lo agarró de los hombros empujándo hacia él y empujó su pelvis hacia delante.

–AAAAAAUUU, AAAAAUUUUU.

–Tienes ese culo abierto, te entró todito, glotón, deja de quejarte.

Comenzó a moverse, sacaba completamente el pene y lo volvía a meter, la cabeza de Fernando golpeaba con el respaldar del sofá, mientras se sujetaba las nalgas.

–Uf tienes ese culo como un túnel, ¿tú como que llevas guevo de otros carajos?

–Ese culo es tuyo papi, de más nadie cógetelo.

_¿Quieres tragar leche?

–Si.

–Vente puej, dame la boquita.

Fernando se volteó y tomó con sus manos el enorme pene. tres chorros impactaron su cara y el cuarto entró en su boca para así seguir tragando el resto.



–Listo papá, me tengo que ir, dame la merca.

–No hay mecancía, te mentí, quería tirar contigo y era la única manera que vinieras.

–Bueno mamaguevo, dejé colgando unas diligencia pa buscá las guevonás y ahora me dices que no hay un coño. No me vuelvas a echá esa vaina diablo mira que te jodo, si quieres guevo llama a otro macho que te clave, tú sabes como es el negocio conmigo.



Yonaikel se acomodó el pantalón y se fue. Iba muy molesto.

Llegó de nuevo a las oficinas de identificación, ahí estaba Jesucristo.

–¿Que pasó bicho? ¿que te dijeron?

–Que me esperara aquí, que me llamarán.

–Fino, voy a comprar unas vainas en el kiosko, ¿quieres algo?

–Un refresco.

–Si va.



Volvía a sonar el celular y era Jessica.

–<Dónde estás? ¿Cuándo te vas a reportar en la casa? ¿No piensas ver a tus hijos?

–<Mami estoy en una diligencia de mi jefa en la DIEX>

–<Mándame la ubicación>

–<Verga que vaina contigo, cuando llegue te cojo eso debe ser lo que te tiene así, tas falta ‘e guevo.

–<maldito mamaguevo mándame la ubicación>

Yonaikel se la mandó y se fue al kiosko.



Toma tu vaina.

–¿Está molesto?

–Si, la cuaima que está endemoniada.



–¿DONDE ESTAS YONAIKEL? ¡SAL PARA VERTE!

–Ay mierda la tipa vino.

–¿Es su esposa?

–Si.

–¡YONAIKEL SAL!

–No puede pasar señorita

–De bolas que puedo ¿qué te crees tú?

–AHI ESTAS MAMAGUEVO, VEN ACA MALDITO COGIÉNDOTE A QUIEN SABE QUE Y TUS HIJOS PIDIENDO COMIDA COÑO. –Jessica le caía a golpes mientras Yonaikel se tapaba con los brazos y gritando que no la conocía.

–Jesucristo se levantó de la silla y se apartó.

–COÑOEMADRE, RESPETA QUE TIENES MUJER E HIJOS, ERES UN DESGRACIADO Y NI SIQUIERA VAS A DORMIR A CASA, ¿CON QUIEN HABRAS PASADO LA NOCHE?



Llegaron los de seguridad y los separaron. Le preguntaron si se conocían y Yonaikel lo negó y eso enfureció más a Jessica pero llegó la policía y se la llevaron detenida.

Llamaron a Jesucristo para que retirara el pasaporte.



–Que susto Yonaikel, su esposa está como loca.

–¿Loca? Esa bicha está desquiciá.

–Pero se la llevaron detenida ¿usted no la va a sacar?

–No, que se quede ahí, cuando se calme hablaré con ella. Te dejo en casa y me voy pa al mia a buscá a mis chamos que no sé donde coño esta loca los dejó. Cuéntale a tu mamá.