sábado, 29 de julio de 2017

FINAL DE TEMPORADA. De Repente Tú 8


Amor a prueba.



Entraron de nuevo al salón donde aún estaba encedida la fiesta. Jesucristo buscó algo para beber y sentarse, tenía una presión en la cabeza y la situación con Emilio le preocupaba, seguía con la idea de visitarlo y hablar con él. Buscó un trago de vodka a pesar que él no bebe, se le acercó Yonaikel que venía con Fernando. Ya le había contado lo de su primo.



Pablo se acercó a su grupo de trabajo y a su jefe para comentarle lo sucedido sin dar mayor explicación. Habló con José Arturo y Keiny para luego alejarse del grupo y buscar algo que comer y beber. Su mente estaba embotada con lo sucedido en el centro de rehabilitación. Buscó a Jesucristo.



–¿Te parece si nos vamos?

–Pero llegamos hace media hora, ¿se va a marchar así?

–No me siento bien, lo de hoy me dejó mal, no decimos nada y nos vamos quiero llegar a casa y tumbarme en la cama.

–¡Vámonos!

Sin decir nada y sin despedirse de nadie se fueron de la fiesta.



Llegaron al apartamento, durante el trayecto no habían cruzado palabra, ambos tenían en sus mentes a Emilio, cada uno por distintas razones.



–Lo de esta noche ha sido muy fuerte novio.

–Si, quiero pasar página de una vez, no se me quita de la cabeza la imagen de ese tipo colgado.

–Estoy borrachito, creo que hoy podrá hacer conmigo lo que quiera.

Pablo lo miró a los ojos, lo agarró del cabello por la parte de atrás de la cabeza y lo trajo hacia él para besarlo.

–¿Te animas con una sesión de sexo salvaje?

–Ya le dije que en este momento puede hacer lo que quiera conmigo



Pablo lo alzó en brazos y lo llevó a la cama donde lo lanzó.

–Quítate la ropa

El muchacho hizo caso y comenzó a desvestirse, Pablo hacía lo mismo. Su pene ya delataba una erección. Buscó lubricante, lo colocó en la mesita de noche y se le fue encima a Jesucristo que se sonreía.

Le levantó las piernas y comenzó con un beso negro. Le mordía las nalgas y el ano, metía su lengua para dilatarlo hasta que empezó a introducirle dedos mientras lamía la zona.

Jesucristo, con los ojos cerrados, pasaba su lengua por los labios y los mordía mientras sostenía sus piernas para que Pablo siguiera comiéndole el culo.



Pablo se detuvo y se fue hacia delante colocándose sobre el muchacho para introducirle su pene en la boca. –Mama. –Le decía mientras lo sostenía de la cabeza para empujársela hacia su pene.

–Mmmmmm me ahogo Pablo, me ahogo.
–Shhhh, aguanta chamito aguanta, sigue

Jesuscristo tenía los ojos húmedos con cada empujón de Pablo que le hacía llegar el pene hasta su garganta.



–Ponte en 4. –El muchacho se colocó y con sus manos se abrió las nalgas pero Pablo se las apartó. Un par de nalgadas precedieron a una penetración que Jesucristo no se esperaba.

El pene bien lubricado entró de golpe en el cuerpo del chico que pegó un grito y por el dolor se echó hacia delante, pero Pablo lo sustuvo por el hombro.

–Te dije que aguantaras, esto va a ser rudo.

–Siga, no se detenga.



Pablo lo sostuvo de la cadera y comenzó a moverse rápido y de cada tanto le daba un empujón fuerte. El calor hacía estragos en sus cuerpos, el sudor corría por la piel de ambos, que, mojada, al chocar sonaba como si fueran nalgadas. Jesucristo gemía, Pablo gruñía mientras le abría las nalgas.



Retiró su pene y empujó a Jesucristo para que se acostara. –Junta las piernas.

Se colocó sobre el muchacho y lentamente guió su pene entre las nalgas apretadas para luego deslizarlo sin contemplaciones. Se acostó sobre él.

Sin levantarse, movía su cadera para penetrar a su novio que le sostenía las manos con las suyas que apretaban las sábanas.

–Que culo tan rico tienes coño, apretadito. Apriétame el guevo anda. –Le decía al muchacho en el oído mientras que contraía el esfínter.



Se detuvo y se bajó de encima del muchacho. –Párate, vamos al baño.

Se colocaron frente al lavamanos y le levantó  la pierna para ponérsela en sobre el mueble. Tomó su pene y volvió a penetrarlo. Se miraban en el espejo.

–¿Te gusta verdad? Te gusta que te den duro?

–Si…siga, siga –Se besaron. Y Pablo comenzó a moverse y su mano se fue al cuello de Jesscisto para sostenerlo por ahí.

–Vente, ponte ahí, parado.

Pablo bajó el espejo vertical de la pared y lo puso en el piso. –Pon las piernas entre el espejo. Quiero que veas como te entra mi guevo.

Ahí de pie volvió a penetrarlo mientras ambos veían como el pene entraba en el cuerpo de Jesucristo que estaba excitado; su piel mojada, enrrojecida y erizada. Jesucristo le excitaba ver los testículos de su novio chocar con su cuerpo mientras el pene entraba y salía a toda velocidad.



–Me vengo, me vengoooooo, aaaaaahhh, aaaah

tres chorros bañaron el espejo. Jesuscristó comenzó a masturbarse y también acabó sobre el espejo. Se enderezó y se volteó para besar a su novio.

–Que buena tirada

–Demasiado buena nené, que rico ese culo.

–Me duele todo pero quiero repetir.

–Déjame descansar y repetimos, vamos a ducharnos.



Luego de ducharse, se tumbaron en la cama.



–Nené, tengo que decirte algo que no creo que te guste.

–Ay no, novio, no me arruine el mejor sexo que he tenido.

–Es que te lo tengo que contar, igual lo vas a saber.

–¿Qué será?

–Me voy a Chile por una semana, con Verónica.

–¿QUEEE? ¿Por qué? -El muchacho se sentó en la cama viendo con rabia a Pablo.

–No me queda más remedio, la enviaron a ella, a pesar que pedí que fuera otro un carajo que está en el área que se necesita para el foro.

–Esa mujercita va a querer dormir con usted, espero que no se…

–Cristo, por favor ¿en que cabeza cabe que me voy a acostar con ella?

–Fueron novios…

–Eso que tuvimos no se le puede llamar noviazgo mi amor, ya deja los celos, con esa mujer no quiero nada solo temas de trabajo.

–Lo sé pero me da rabia igual. Pero se va por una semana, usted solo por allá con esa barba y ese poco de hombre que debe haber allá que querrán tirar con usted y yo aquí solo pensando en usted.

–Yo puedo pensar lo mismo de ti nene, que te quedas solo y puedes tirar con alguien y hasta traerlo aqui para tener sexo tranquilos

–NOOOO, Yo no soy de esos, yo no hago esas cosas y esta no es mi casa.

–O sea que yo si soy de los que montan cachos.

–Si, yo soy un cacho, ¿o se le olvidó que estaba empatado con el otro cuando salió conmigo?

Pablo se quedó callado y luego le dio un beso en la boca. Esta vez Jesucristo no sintió aquella brisa floral cada vez que su novio lo besaba y eso lo estremeció.

–No quiero que vaya para ese viaje.

–Es de trabajo mi amor, no de placer sino te llevo

–Lléveme.

–Jajajaja no puedo mi amor, además te vas a aburrir solo, yo estaré trabajando.

–Pero llega en la noche y yo lo espero para hacer el amor.

Pablo lo abrazó. –Ya mi amor quédate tranquilo que no va a pasar nada con nadie, ni con Verónica ni con otro hombre ¿ok?



Jesucristo se separó, con la cara fruncida y la boca haciendo puchero. –Esta bien novio, yo confío en usted, me quedaré tranquilo pero usted me llama o me escribe todos los días.

–Prometido, además no vas a estar solo, tienes a tu hermanita que necesita de ti, sales de la universidad y te quedas con ella cuidándola. Por cierto, mañana salimos a comprarle un regalito a la beba ¿ok?

–Esta bien amor. Yo lo ayudo a hacer la maleta.

viernes, 28 de julio de 2017

DE REPENTE TU 8 Capítulo 11


Las cosas cambian, la vida cambia.



Tom, luego de dejar a Fabián con María Corina, se desconectó de sus sentimientos hacia ella y se dedicó a resolver los detalles legales del viejo Silva pues había un testamento que no había cambiado y que a él lo beneficiaría al igual que a otros compañeros y familiares.

Acciones en la empresa, una fuerte suma de dinero despositado en su cuenta en el momento que corresponda y un apartamento a estrenar, formaba parte de lo que le correspondía.

 Eso se haría efectivo en un par de meses pero igualmente había renunciado al staff de escoltas de la empresa aunque le habían ofrecido otro cargo, no aceptó.



La muerte de uno de los dueños de la empresa estaba envuelta en misterio y se había abierto una investigación, Tom estaba tranquilo pero alerta.





Fabián le había contratado a María Corina una enfermera para ayudarla con la bebé, a pesar que él había insistido, no quiso mudarse al apartamento de Fabián.

Tenía que resolver varias cosas sobre el secuestro con la policía, revisar sus finanzas y ver el status de sus acciones en la empresa. Sus otros tíos hablaron con él y negociaron en dejar las cosas como estaban y no denunciar a su tío por el secuestro. Si se sabe la verdad la empresa se va al traste y todos nos veremos comprometidos económicamente y tú no querrás abandonar tu estilo de vida ¿verdad sobrino?

Fabián aceptó pero sabía que tarde o temprano hablaría y diría toda la verdad, ya estaba comenzando a recopilar información de la empresa y sus tíos, tenía planes a mediano plazo. Seguiría estudiando para graduarse.



_________



–Mamá mi hermanita es hermosa y no se puede negar que es hija de Fabián, es igualita a él. ¿Por fin como se llama?

–Hijo ¿podrá creer que no tenemos nombre todavía?

–Me gustaría que se llamara Fabiana, es lindo, le comentaré a Fabián, no creo que se niegue, somos amigos.

–Ah ¿pero ahora quiere retomar la amistad que tuvieron? Su hermanita lo ha conmovido.

–NO, no es eso, pero creo que no debemos estar separados, ustedes se aman y no soy quien para oponerme.

María Corina escuchó eso y bajó la mirada y le do un beso a su hija.

–¿Pasa algo entre ustedes mamá?

–No hijo, no…bueno, es complicado, yo me había resignado a no ver más a Fabián…y aparece de nuevo cuando ya estoy con Tom, estoy confundida, tengo la cabeza revuelta.

–Pero usted y Tom llevan casi un año juntos ¿cierto?

–Si, más de lo que estuve con Fabián…por eso es que tengo sentimientos encontrados. Sonó el timbre y Jesucristo fue a abrir. Era Tom.



–Mamá yo me voy a ir para que ustedes conversen, yo regreso en la noche con Pablo.

–No tienes porque irte Cristo, podemos conversar los tres. -Le dijo Tom

–Usted no es santo de mi devoción como dice mi madre, pero es el hombre con el que está mi madre y eso lo respeto.

–Eso pensabas de Fabián también…

–Es distinto, es mi mejor amigo que se involucró con mi madre y eso me molestó, pero usted…es…

–¿Que soy?

–El matón del viejo ese, su escolta.

–Cristo déjame explicarte. -Jesucristo salió de la habitación cerrando la puerta para irse de la casa.



–No le haga caso, desde que está viviendo con su novio y se cree independiente anda así.

–Tiene razón, soy un matón.

–Lo que usted haya hecho antes no me importa, me interesa el presente y futuro suyo. Mire a la bebé.

Tom se acercó pero antes fue al baño a lavarse las manos y regresar.

–¿La puedo cargar?

–Si claro

Tom la tomó en su brazos y una sonrisa adornaba su cara, aguantaba el llanto mientras le pasaba el dorso de sus dedos por la mejilla de la bebé. Se la entregó a su madre.

–Yo maté al viejo Silva. Entré a terapaia intensiva y lo desconecté por unos segundos hasta que se descompensó y me fuí.



María Corina puso a la bebé en su moisés y volteó hacia Tom mirándolo a los ojos y le dio una cachetada.

–¿Cómo se le ocurre asesinar a sangre fría a una persona?

Tom se tocó la mejilla mientras la veía a los ojos que lo miaraban con indignación.

–Lo hice por rabia, por quitarte esa angustia de temer por tu vida y la de tu hija hasta la del hombe que amas que no soy yo.

–¡De todas maneras Tom, yo no le pedí que hicieras eso, ni era algo que yo deseaba!.

–Lo hice para ayudarte con tu aprobación o sin ella. Soy responsable de mis actos y no te estoy involucrando.

–No puedo creer que haya hecho esto. Tom, usted mató a  una persona.

–Me acabas de decir que no te importa lo que haya hecho antes, antes hice lo mismo un par de veces. Eran unos malandros que iban a asaltar al viejo.

–Le voy a pedir que se vaya Tom.

–María Corina, no me eches de tu vida por favor, yo sé que no me amas pero no quiero perderte, quiero estar a tu lado de una u otra manera.

–No quiero verlo Tom, déjeme ahora, no quiero verlo



–Hasta pronto María Corina, igual estaré cerca de ustedes, que Dios bendiga a tu hermosa beba. Te amo. -Se fue



Saliendo del edificio llegaba en su vehículo Fabián.

–Hola, ¿qué haces aquí?

–Vine a visitar a la que hasta hace unos días era mi novia chamín. Pero ahora que llegaste tú yo me retiro y te dejo el camino libre.

–No pensé que yo ya no era el novio de María Corina, simplemente estaba secuestrado, no terminé con ella.

–Tu regreso era incierto, estabas a punto de morir, tu tío dio la orden.

–Ahora está muerto él, el destino se encargó de hacer justicia.

–Yo le di un empujón al destino para que tu novia viviera en paz con su hija, adiós Fabián, cuídala y quiérela mucho.



Fabián no había caído en cuenta de lo que había escuchado pero siguió hacia el edificio y subió al apartamento.



–Hola mi amor, acabo de encontrame con el tal Tom…me dio arrechera verlo aquí. –La miró a los ojos. –¿Sigues enamorada de él, viviste con él? ¿Te acostaste con él?

María Corina lo miró a los ojos sin negarlo ni afirmarlo.

Fabián…en estos momentos estoy confundida, a ti te secuestraron en el momento que nuestra relación despuntaba y apareció él y…bueno…fue maravilloso, pero…no, no estoy enamorada de él, pero es una gran persona.

–¿Me sigues amando a mi?

–No puedo contestarte eso ahora, estoy entre dos hombres maravillosos pero ahora Tom…

–Tom me dio a entender que mató a mi tío…¿eso es cierto?

María Corina bajó la mirada moviendo la cabeza afirmando.



Fabián soltó un largo suspiro.

–No voy a decirte que me alegro por lo que hizo, pero nos hizo un inmenso favor, es muy terrible esta sensación porque es mi tío, pero era un desgraciado.

–Es un ser humano y nadie tiene derecho a matar a otro, es un asesino y somos sus cómplices, usted está avalando el crimen Fabián.

–Eso iba a ocurrir ahora o dentro de unos años, la gente que obra mal termina mal, si matas  a personas alguien hará lo mismo contigo.

–¿Tom correrá con la misma suerte?

–No lo sé, pero es escolta, expolicía y trabajaba para un narco. -Cargó a su hija y la llevó a la cocina.



–Cristo me dijo que quiere que se llame Fabiana.



–Me gusta, tu hijo tiene buen gusto para los nombres, será el padrino de esta hermosura.

–Yo pensaba en Tom como padrino.

Fabián volteó a verla, la sola mirada desaprobaba la sugerencia.

jueves, 27 de julio de 2017

DE REPENTE TU 8. Capítulo 10


El amor más grande.

Jesucristo le toma el brazo a Pablo que deja caer la cuerda que colagaba de su mano.
–¿Qué le pasa Pablo?
–Chamo deja que hable, no ves que está ido. –Le dice Yonaikel que se acercó a ambos.
–Vine a matar a Emilio y se me adelantó, se ahorcó en su habitación.
Jesucristo se tapa la boca y no puede evitar el llanto, se echa hacia atrás dos pasos.
–Naguevoná, el pana se fue al páramo solito, ese tipo estaba tosta’o
–¡Cállese Yonaikel! Ese hombre es mi amigo, mi mejor amigo, el mejor profesor que he tenido. -Decía Jesuscristo entre sollozos.

–Ese hombre intentó violarte nene, ese hombre está mal, no puedes estar cerca de él, no lo voy a permiir, no voy a dejar que nada ni nadie te haga daño. –Pablo le hablaba a Jesucristo sin verlo a la cara y mirando a lo lejos.
–Mi pana, será estaba, el tipo es fiambre, ya no está aquí
–Llegamos a tiempo y logramos bajarlo de la cuerda, no murió pero la escena que vi me perturbó.
–¡Santo Dios está vivo novio, está vivo! ¡Quiero verlo! –Se disponía a correr pero Pablo lo detuvo sosteniéndolo del brazo.
–No lo vas a ver nené, regresemos a la fiesta.
–No novio, yo quiero ver a Emilio, necesito verlo.

Pablo lo agarró con fuerza del brazo y lo puso frente a él. Yonaikel se les quedó viendo.
Estos panas se ven calidad juntos, mira como se ven a los ojos, este par se ama, nojoda que bonito y todo. A verga pareces marico Yonaikel ¿vas a llorar papá? ¿Quieres que el portu te vea así con esos ojos de perro apaleao? Chaaaamo esteas pasa’o ‘e parcha, ahora si es verdad llorando viendo a los panas. Coño pero se ven lindos ahí mirándose. Ya, ya, ya deja la guevoná.

–Júrame que ese tipo no te tocó, no abusó de tí, júramelo Cristo, porque si es así regreso y lo mato.
–No me toco novio, bueno, si me tocó, me tenía sujetado pero no abusó de mí, estaba borracho y drogado.
–Lo certifico mi pana, el loquito no lo prensó, yo salí y el pana no llegó a meterle el guevo, ya estaba con los panatalones desabrochaos pero hasta ahí, no lo violó.

Pablo vio a los ojos a su novio que seguía llorando y lo besó. Jesucristo como en cada beso que le daba Pablo sintió la brisa con olor a frutas y su piel se erizó.

Maaaaricooooo, pero estos panas van hacer que se me pare la verga aquí mismo. Yo quiero un novio así, nojoda. Ya va Yonaikel mi pana, tú no eres gay chamooo deja la mariquera, tú tienes al portu pa’ cogételo más nada, El portu te gusta claro pero hasta ahí nada de noviecitos agarraditos de manos ¿quejeso?...

Pablo se separó de Jesucristo, se sonrió y le pasó el pulgar por los labios. –Te amo carajito, te amo mucho.
–Y Yo a usted mi novio.
Ambos sonrieron y voltearon a ver a Yonaikel que los veía mientras hacía gestos con la cara y movía la cabeza.

–¡Epa, epa, chaaamo, mira! ¿qué pasa? estás como en las nubes.
–¿Ah? ¿Qué? Epa, no nada mi pana pensando en mis vainas, los culos, el trabajo, los reales. ¿Ya terminaron de darse amor? ¿Nos vamos? Esta zona es peligrosa.
–Vamos a la fiesta de nuevo. Me llevo a Cristo, ¿nos vemos allá?
–¡De bolas! Yo quiero seguir bebiendo gratis y llenar el buche.

Caminaron al carro y Yonaikel a su moto que ya se había ido.
–Amor, yo voy a regresar, mañana o pasado pero quiero ver a Emilio.
–No lo vas a hacer sin mi, yo te acompaño.
–No amor, esta vez no le haré caso, quiero venir solo y hablar con él. Emilio es mi problema, no el suyo.
–Es mio cuando se meten contigo que eres mi novio. -Pablo se le quedó mirando a los ojos, Jesucristo lo miraba fijamente. –Esta bien, ve a hablar con él cuando lo creas conveniente. –Se volvieron a besar, de nuevo aquel agradable olor, de nuevo la piel erizada, de nuevo las cosquillas en su estómago. Se separaron
Cuando Jesucristo bajó su mano derecha del cuello de Pablo sintió un tirón que venía de la mano derecha de Pablo.
Un hilo rojo los entrelazaba con una vuelta en cada muñeca. De repente una luz enceguecedora iluminó el carro por el parabrisas, era una moto. El hilo se desprendió y ellos retomaron sus posiciones en lo asientos.
–Agáchate nené y no te muevas.
–Nos van a asaltar novio, nos van a matar.
–Tranquilo, no hagas nada.
La silueta de una persona se acercaba por el lado de Pablo.
–¿Qué fue? ¿Ustede van a seguir con los besos de lengua? Los van a choreá por conejos, arranquen.
–¡Usted si es loco Yonaikel! ¿cómo se le ocurre venir así?
–Bueno gochito al ver que no venían me preocupé y regresé a ver que es lo que es y bueno los veo dándose duro, cuidado y ahora les da por tirar aquí. ARRANQUEN.

Yonaikel volvió a su moto y se fue, Pablo hizo lo mismo.
–Novio, lo que dijo Yonaikel me dio una idea.
–¿Qué fue lo que dijo?
–Que cuidado y nos da por tirar aquí, no podemos tirar pero si le puedo mamar el guevo mientras vamos a la fiesta.
Pablo se le movió la entrepierna y bajó el cierre del pantalón. Jesucristo hizo el resto. Metió el pene en su boca mientras sentía como crecía y se llenaba de saliva mientras la dejaba caer en el glande.
–Como has aprendido a mamar nene, eres un bárbaro. -Pablo le apoyó su mano en la cabeza mientras el muchacho seguía mamando y cogía con su mano en el pene que brillaba con tanta saliva.
­–Voy a acabar, estoy a punto. -Pablo estiró su cuello mientras se estremecía y sentía un escalofrío recorrer su columna, apretó el volante con cada expulsada de semen que Jesucristo iba tragando.
–Listo novio, ¿ya está más relajado? Su semen sabe dulce, podría beberlo todos los días.
–Quiero cogerte
–En la casa lo hará, sigamos disfrutando de la fiesta.

miércoles, 26 de julio de 2017

DE REPENTE TU 8. Capítulo 9


La convivencia, un reto a la paciencia.



Yonaikel se había levantado de la cama para ir al baño.

–Verga que caligueva tengo, yo no puedo estar echao toeldía, necesito hacé vainas. –Se bajó el interior, tomó su pene con la mano y empezó a orinar mientras bostezaba. Sin darse cuenta el chorro de orina salía en dos direcciones mojando la poceta y el piso hasta que sintió gotas en sus piernas.

–Mierda, mierda. -Detuvo la micción y se retrajo el prepucio para seguir orinando, sacudió el pene y se arregló el interior que comenzó a humedecerse un poco con algunas gotas residuales. Salió del baño y fue a la cocina.



–Epa portu ¿Qué haces? Me dejaste solo en el cuarto viendo tele.

–Mijo pero dormiste ¿no? Me dejaste solo viendo la televisión y estabas roncando.

–Chamo es que yo no puedo está toeldía echao, me aguevoneo y no querías que te cogiera, entonces me dormí.

–Es que no estaba preparado, tenía que lavarme e ir al baño. ¿Quieres merendar?

–¿Merendar? ¿Té y galletitas maricas? Dame una fría, esa vainas no me gustan.

–Tengo café y una torta.

–Noooo vale, yo paso, anda al baño pa cogerte, yo busco una birra y algo pa mascá ¿tienes?.

–Si, busca en la nevera, voy a la baño, espérame no te vayas a dormir otra vez.

–Si va.



Yonaikel buscó una cerveza y sacó unas aceitunas y se fue al sofá, se quitó el interior y comenzó a tocarse el pene.

Fernando entró a la habitación y buscó en el clóset un enema para limpiarse, ya tenía preparado para la realizar la evacuación y limpieza. Se metió en el baño, vio el lavamanos y el tubo de la pasta de dientes retorcido por todos lados, cerró los ojos y respiró hondo, cogió el tubo y lo enderezó. Volteó hacia la poceta. La tapa estaba abajo mojada con muchas gotas de un amarillo intenso Igual que el piso justo abajo de la poceta. El agua de la poceta no había sido descargada y el olor era desagradable. Bajó la palanca y salió hacia la sala.



–Yonaikel mi amor, ¿hasta cuándo te voy a decir que levantes la tapa de la poceta y apuntes bien coño ¡Esta toda la poceta y el piso meados! ¿No puedes agarrar un trapo y limpiar el desastre, qué te cuesta?

–Bueno portu, pero no viene una jeva a limpiarte el apartaco? Que lo haga ella.

–Es sábado Yonaikel, eso no se va a quedar ahí sucio hasta el lunes.

–Que guevo vale, ya lo limpio, si eres mariquito, pásale un papel y te sientas.

–Ya lo hago yo y ponte el interior, no te pongas con el culo pegado al sofá.

–Naguevoná mi pana, que ladilla eres. -Se levantó y se puso el interior, Fernando se fue al baño.



El motorizado buscó otra cerveza dejando en la mesita la botella vacía, se quitó el interior y volvió al sofá.

Fernando se había colocado el enema y esperaba un rato a que hiciera efecto. Se fue a recoger la cama, limpió la poceta y puso toallas limpias. Buscó el lubricante para usarlo luego.

Cuando le llegó el primer retortijón se sentó. Un escalofrío recorrió su cuerpo mientras se liberaba de todo lo que guardaban sus entrañas. Se fue a duchar.



Al salir se quedó desnudo para buscar a Yonaikel que lo consiguió sentado y dormido con la botella en su regazo y unas aceitunas caídas, cogió una y se la comió. Se levantó y se quedó viendo a su novio. Observó el enorme pene que estaba con una media erección, se agachó y comenzó a hacerle sexo oral.



Mientras intentaba metérselo en la boca, Yonaikel roncaba. Comenzó a lamerlo y con su mano recorría el tronco, a ratos se lo introducía en la boca salivando en exceso. El muchacho se movió sin levantarse ni abrir los ojos pero cuando intentó tocarse el pene se encontró con la cara de su novio que ya tenía el pene en su boca por la mitad, con mucho esfuerzo pero lo había logrado.



–¡Chacho! Tienes ganas de llevá guevo ¿verdá?

Fernando afirmó moviendo la cabeza mientras tenía el pene en su boca. Yonaikel le puso la mano sobre la cabeza para hacerle tragar todo el pene pero a Fernando le vino una arcada y se detuvo.

–Vamos al cuarto que me quiero meter todo esto. -Le dijo al motorizado mientras agitaba entre sus manos el enorme miembro.



Llegaron al cuarto y Yonaikel acostó a Fernando boca abajo mientras le chupaba el culo para dilatarlo y lubricarlo.

–No te has hecho el exámen y quieres tirar sin condón. -El motorizado se detuvo.

–Mira portu, te voy a mostrar el exámen, ya lo busco.

–¿Por qué no me lo mostraste antes?

–Era sorpresa papi, ponte en 4 que se me está bajando el guevo.



Comenzó a masturbarse y Fernando le pasó el lubricante.

–Te lo voy a meter pasito pa que lo sientas todo.

Yonaikel comenzó a meterlo poco a poco. Veía como la piel de su novio se erizaba. La estiraba las nalgas para ver como su pene entraba en las carnes del comerciante.

–Negro que divina tu verga, métela toda. -Y así hizo, cogío el envase de lubricante y apretándolo sobre su pene soltó un chorro para luego terminar de penetrarlo.



Fernando apretó los puños arrugando las sábanas mientras Yonaikel lo agarraba del cabello. Lo soltó y volvió a abrirle las nalgas y comenzó a moverse rápidamente. Con cada golpe en la piel de ambos, se escuchaba con fuerza gracias al gel derramado por el motorizado, algo que excitaba aún más a Fernando que pedía que no se detuviera.



Retiró el pene y se acostó boca abajo.

–Móntate y cabalga papi.

Se dio la vuelta, Fernando se sentó sobre Yonaikel, cogió el pene y lo llevó hacia su culo.

–Mira como va a entrar de una. –Lo sostuvo y se bajó introduciendo aquel enorme miembro que le hizo temblar las piernas para luego comenzar a moverse de arriba a abajo.

–¡Ya va marico me vas hacer acabar, para! -Y como si hubiese escuchado un zancudo en su oído, ignoró al Yonaikel y siguió moviéndose.

–¡Me vengo, me vengo, coño!

Fernando se bajó y metió en su boca el glande para sentir como aquel líquido tibio y espeso inundaba todo.



Se acostaron, ambos se pusieron de lado, Yonaikel detrás de Fernando y así se quedaron dormidos.





De madrugada Yonaikel se despierta con el pene erecto y con ganas de tener sexo. Se acerca por detrás a Fernando y le mete entre las nalgas su pene y se le acerca al oído.

–Quiero acabarte en la entrada del culo.-Fernando simplemente abre sus nalgas para que el muchacho comience a masturbarse cerca.



Cuando ya está a punto se acerca más y se corre en el culo de su novio para luego pasarle la mano y darle el semen en la boca.

–Voy a cagar papi. -Le dice Yonaikel a Fernando que ya se había quedado dormido.



Fernando se despierta al sentir un fuerte y desagradable olor, abre los ojos intentando acostumbrarse a la claridad, se levanta y va al baño.

Mientras camina escucha una fuerta flatulencia y un suspiro.

–¡COÑO YONAIKEL! ¿POR QUE ERES ASI NO JODA? ¿Por que no cierras la puerta para cagar vale?

–Bueno y tú no cagas y tal? Todo el mundo caga hasta las princesitas, ¿cual es el peo? Es de lo más normal.

–Si, es de lo más normal pero con la puerta cerrada en total intimidad, tu mierda y tú. No tengo porque calarme eso.

–Yonaikel cogio papel de baño para limpiarse y Fernando lo vio.

–¡Por Dios Yonaikel! –Salió del baño y cerró la puerta.

Yonaikel terminó de limpiarse y bajó la cadena. –YA PUEDES ENTRAR, YA CAGUÉ



Fernando abrió la puerta luego de ir a la cocina a tomar un vaso de agua.

–¿Te vas a quedar ahí viendo? Voy a orinar

–Ah vaina, ¿no puedo verte orinar tampoco? Mea mientras me lavo la boca. Te cojo por el culo y ahora no puedo verte mear, gran vaina. Me voy a duchar, y entra tú también que tienes ese culo oliendo a cloro jejeje.



Entraron a la ducha.

–Yonaikel ya tenemos unos cuantos meses viviendo juntos y tenemos que revisar las reglas de la casa que no estás cumpliendo, si queremos que esto dure hay que ajustarnos. Yo quiero hacer vida contigo, en algún momento casarme.

–Susto ¿que vaina es? ¿cómo me voy a casar con un tipo? ¿tas cucú papá? Ya se me quitaron las ganas de bañarme, déjame salir.

–Ya va Yonaikel, pero ya lo hemos hablado.

–Lo has hablado tú que te pones jeva y quieres casarte y tener hijos, perro y todas esas mariqueras, suficiente con vivir contigo y cogerte pero de ahí a casarme…deja la vaina portu, deja la vaina.



Salió de la habitación con la toalla en su cintura, buscó una cerveza y se fue al balcón que da a la calle. Se quedó viendo a lo lejos mientras bebía en ayunas.



No eres marico pero vives con un carajo que te coges, comparten gastos, se besan, se bañan juntos, cago en su casa, me paseo desnudo, chamo te gusta el carajo, estás enamorado del portu y quiere casarse contigo. Naguevoná, me matrimonio con este pana y el chalequeo va a ser rudo caballero, esa raya no se me quita. Pero por qué quiere casarse, aquí no nos podemos casar, aquíl os maricos no se casan. ¿Se quiere ir a otro país? Bueno, en otro país no me conocen ahí si puedo hacer lo que sea, pero yo no me quiero ir del país. Que ladrillo con este pana, ya me puso cabezón.



Fernando se le acercó por detrás lo que hizo que Yonaikel se asustara.

–Lo que te dije no era para que te lo tomaras como que me quiero casar contigo ya, bobito. Deja el estrés. Además aquí no nos podemos casar, tenemos que hacerlo en otro país.

–Yo no me quiero ir de aquí.

–No te digo mudarnos, casarnos y regresar.

–Ya veremos mi pana, ya veremos, todo va burda de bien hasta que hablas de casarnos. Me jodiste el domingo.

–Vamos a arreglarlo con otra tirada, ¿quieres?.



Yonaikel bebió lo que le quedaba en la botella y besó a Fernando pasándole el líquido para luego jugar con su lengua y la de él. Volvieron a la cama.